Sector financiero

CaixaBank cotizará este lunes ya como banco único tras culminar la fusión de Bankia

MADRID
SERVIMEDIA

CaixaBank cotizará a partir de este lunes como única entidad después de haber culminado la fusión de Bankia que le convierte en el primer banco del país, con 623.800 millones de euros en activos, casi 20 millones de clientes y la mayor red de oficinas.

El viernes pasado Bankia abandonó el parqué en el que debutaba una década atrás al oficializarse la unión con su inscripción en el Registro Mercantil y este martes tendrá lugar el nombramiento de José Ignacio Goirigolzarri como presidente en la primera reunión que celebrará el nuevo Consejo de Administración.

Por delante se abren meses de trabajo para ensamblar ambas redes y acometer una reestructuración que la entidad quiere haber negociado antes del verano con los sindicatos y que algunos expertos estiman que supondrá la salida de entre 7.000 y 8.000 de los 50.000 empleados que conforman la suma de ambas plantillas.

Su intención es funcionar operativamente con una única plataforma tecnológica a final de año y, mientras tanto, ambas redes mantendrán oferta y operativa tradicional, aunque los clientes se beneficiarán de ventajas como el acceso a todos sus cajeros automáticos.

Más rápida será la unificación de marca. El mismo sábado CaixaBank ya colocó la estrella de Miró en la sede que Bankia tiene en unas de las emblemáticas Torres Kio de Madrid como pistoletazo de una extensión de su logo a edificios y sucursales que proyecta haber finalizado en apenas nueve semanas.

Su imagen se ha impuesto al ser la entidad absorbente y por su dimensión. La ecuación de canje de la operación se fijó en 0,6845 acciones ordinarias nuevas de Caixabank por cada título de Bankia, dejando el 74,2% del capital de la nueva entidad en manos de los accionistas de CaixaBank y el 25,8% restante de los de Bankia. La Fundación Bancaria La Caixa copará alrededor del 30% y el Frob un 16,1%, en correspondencia al 61,81% que controlaba en la filial de BFA.

“En ningún caso considero que esta operación es un fracaso para Bankia”, aseguraba esta semana Goirigolzarri al ser cuestionado por el desenlace con la fusión de una trayectoria que deseaba ser independiente, pero truncó la crisis. Ante los propios accionistas de Bankia, reunidos en Junta recordaba que la entidad “ha pasado de ser el principal problema del sector financiero y de la estabilidad de nuestro país en el año 2012, a ser un referente dentro del sector y a contribuir de forma decisiva a la mejora socioeconómica de nuestro país en 2020”.

“Si en mayo de 2012 nos hubieran dicho que hoy nos veríamos donde estamos, nos parecería un sueño”, reiteraría días después en rueda de prensa coincidiendo con la puesta en marcha formal del nuevo banco. Y es que Goirigolzarri llegó a Bankia en el peor momento de su historia. La entidad se gestó en julio de 2010 con la integración de siete entidades de ahorros: Caja Madrid, Bancaja, Caja Canarias, Caja Ávila, Caixa Laietana, Caja Segovia y Caja Rioja.

Un año después, en julio del 2011 daría el salto a Bolsa, dentro de una polémica operación de Estado y en medio ya de la crisis financiera iniciada en Estados Unidos en el 2018 con el estallido de sus hipotecas subprime, que acabó metiendo a España en una recesión y forzaría en el 2012 la nacionalización de BFA, matriz de Bankia.

NACIONALIZACIÓN

El Estado inyectó entonces 17.959 millones de euros, que se sumarían a los 4.465 millones aportados durante el ejercicio 2010 en apoyo de su creación con la fusión de las siete cajas, elevando así el total a 22.424 millones de euros. Sin su rescate, el coste para el Erario habría sido muy superior ya que el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) tendría que haber desembolsado 60.580 millones para hacer frente a los depósitos garantizados de clientes, dejando además sin cubrir a otros 52.000 millones de depositantes.

De esa cuantía, la entidad ha devuelto desde entonces 3.303 millones entre la venta de paquetes de acciones por parte de BFA y pagos por dividendos, además de asumir casi 5.000 millones destinados a la devolución de las inversiones en la salida a Bolsa y por deuda híbrida.

Precisamente y coincidiendo con dicha nacionalización en el año 2012 fue cuando entró Ignacio Goirigolzarri, asumiendo la presidencia que hasta ese momento había ejercido Rodrigo Rato, y con el encargo y desafío de dar el vuelco a una entidad de la que dudaba el mercado, perdía clientes y tenía que devolver el dinero al Erario.

En la última Junta celebrada esta misma semana el propio banquero reivindicó que se ha convertido “en la entidad más solvente entre los grandes bancos” del país, con un ratio CET1 fully loaded del 15,48%, cuando partía en el 2012 y tras recibir las ayudas públicas, del nivel mínimo requerido por los reguladores, situado en el 6,82%.

MAYORES CUOTAS DE MERCADO

Taponó la fuga de clientes con una reinvención de la estrategia comercial y aumentó su cuota de mercado. En financiación a empresas, por ejemplo, la aumentó desde el 5,5% el 8,2% en ese periodo; del 4,4% al 7,5% en fondos de inversión o del 10,3 % a 13,2% en facturación de tarjetas. “A día de hoy, son más del 42% los clientes que nos recomiendan como principal entidad con la que trabajar, cuando en 2013 sólo lo hacían el 3%”, expuso Goirigolzarri en Junta.

Pero más allá de esos números, el banquero detalló que ha cumplido con todos los objetivos marcados en su plan estratégico, incluido el reto de generar más de 2.500 millones de euros en capital excedentario para remunerar al accionista (ha acumulado, de hecho, 2.932 millones en el trienio 2018-2020), aunque las restricciones del Banco Central Europeo (BCE) le impidieron distribuirlo este año.

Sin embargo, otra crisis, la del Covid-19, truncó su objetivo en rentabilidad y ante la expectativa de tipos negativos hasta el 2025, la creciente competencia y el desafío de la digitalización, el Gobierno, dueño de más del 61% del banco vía BFA alentó las negociaciones de fusión con CaixaBank.

El Estado tiene hasta finales del 2023 para salir del capital, tras haber extendido por tercera vez un plazo de desinversión que se extinguía a finales del 2021 con intención de obtener el “mayor retorno” posible en la desinversión.

Desde el anuncio de la fusión y hasta abandonar el parqué el pasado viernes, las acciones de Bankia se han revalorizado un 72% y las de CaixaBank el 44%, convirtiéndose así en la operación más rentable para sus accionistas de la decena de transacciones similares realizadas en Europa desde principios del 2000. Sólo para el Frob ha puesto aumentar en 1.600 millones su participación.

(SERVIMEDIA)
28 Mar 2021
ECR