"En Unicef estamos profundamente impresionados e indignados por los terribles ataques directos contra familias y niños perpetrados el 21 de marzo por grupos armados no identificados en los pueblos de Intazayene, Bakorate y Wistane, en el departamento de Tillia", afirmó Poirier en un comunicado.

Durante el ataque, al menos 137 civiles, incluidos 22 niños de entre 5 y 17 años, fueron asesinados, y varios más quedaron heridos o separados de sus familias. "Expresamos nuestras más profundas condolencias a las víctimas, familias y comunidades afectadas por estos brutales ataques", señaló.

Este es el segundo ataque mortal contra civiles en una semana. El 15 de marzo, grupos armados no identificados atacaron y mataron a al menos 58 civiles, entre ellos 6 niños, que volvían de un mercado semanal en el departamento de Banibangou, en la región de Tillaberi (cerca de la frontera con Malí).

"Matar y herir a niños constituye una grave violación de los derechos humanos. Unicef insta con firmeza a todas las partes a proteger los niños y mantenerles fuera de todo peligro. Es difícil de creer que los niños de la región deban vivir en un miedo permanente a sufrir ataques como este. Esta no debe ser su realidad", aseveró Poirier.

Unicef mantiene su compromiso de apoyar al gobierno para tomar medidas que garanticen la seguridad de los niños y sus familias, y hace un llamamiento a todas las partes para que detengan los ataques contra los niños en Níger