JMJ 2011. Rouco reconoce que la sociedad está experimentando un creciente "relativismo espiritual"

- Entiende que los jóvenes se replanteen su fe pero les anima a conservarla

MADRID
SERVIMEDIA

El cardenal Antonio María Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Madrid, inauguró este martes la XXVI Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) con una misa de acogida a los peregrinos en la madrileña Plaza de Cibeles. En un discurso cargado de referencias al beato Juan Pablo II, Rouco animó a los jóvenes a conservar la fe y a huir del "relativismo espiritual" que, a su juicio, existe en la sociedad.

El cardenal defendió estas ideas ante una abarrotada Plaza de Cibeles, con miles de peregrinos y cerca de 800 obispos, arzobispos y cardenales llegados de todo el mundo. También le acompañaron unos 8.000 sacerdotes, según los cálculos de los organizadores del evento.

Los primeros minutos de su discurso fueron destinados a dar la bienvenida a los peregrinos que llenan, durante estos días, las calles de la capital. En este sentido, resaltó, entre aplausos, que la principal seña de identidad de España siempre ha sido "la profesión de la fe cristiana", y lo hizo citando las palabras del filósofo Julián Marías: "España se constituye animada por un proyecto histórico que es su identificación con el cristianismo".

A pesar de esta tradición cristiana, Rouco reconoció que los jóvenes de hoy se enfrentan a un creciente "relativismo espiritual y moral" impulsado por "el poder dominante", y les animó a huir de él y a conservar su fe en Dios.

"A los jóvenes de hoy (...), sin hallar sólidos fundamentos para vuestras vidas en la cultura y la sociedad actuales, incluso, no rara vez, en la propia familia, se os tienta poderosamente hasta los límites de haceros perder la orientación en el camino de la vida: ¿Cómo no va a vacilar a veces vuestra fe?", se preguntó.

HOMENAJE A JUAN PABLO II

El cardenal quiso también hacer un homenaje al anterior Papa, Juan Pablo II, creador de la Jornada Mundial de la Juventud en el año 1984. De él dijo que era "un valiente de Cristo" y que se alzó como "el Papa de los jóvenes", al impulsar "una hasta entonces desconocida relación de la Iglesia con sus jóvenes".

Sin embargo, reconoció que los jóvenes que hoy le han escuchado no forman parte de la generación de Juan Pablo II. "Sois la generación de Benedicto XVI. No es la misma (...) Vuestros problemas y circunstancias vitales se han modificado. La globalización, las nuevas tecnologías de la comunicación, la crisis económica... os condicionan para bien y, en muchas ocasiones, para mal", afirmó.

(SERVIMEDIA)
16 Ago 2011
MGM/jrv