Conocido popularmente como "Lágrimas de San Lorenzo", este fenómeno se observa desde finales de julio hasta casi finales de agosto, cuando la Tierra atraviesa la órbita del cometa Swift-Tuttle.

La estela de polvo que deja este cometa se cruza entonces con la atmósfera, donde entra a unos 59 kilómetros por segundo y crea las estrellas fugaces o meteoros.

Según dijo a Servimedia Francisco Ocaña, de la Asociación de Astrónomos Aficionados de la Universidad Complutense de Madrid, la mayor actividad de las Perseidas se espera este año el 13 de agosto, antes del amanecer.

"El problema estará en la luna llena, que dificultará mucho su visión y hará que nos perdamos a las estrellas más débiles, porque el cielo no estará lo suficientemente oscuro", explicó Ocaña.

Por esta razón, los expertos recomiendan planificar su observación desde lugares elevados ("para dejar el polvo, la calima y la humedad por debajo"), "dar la espalda" a la luna y alejarse de las grandes ciudades.

Aunque "dependerá mucho de la calidad del cielo", Ocaña señala que el día del máximo, cerca del amanecer, podrán verse hasta 30 estrellas fugaces por hora, frente a las 60 que pueden observarse en los años en los que no "molesta" la Luna.

Desde sitios como Madrid, afectados por la contaminación lumínica, podrán verse 10-15 estrellas por hora "en el mejor de los casos".