Así se refleja en los resultados publicados este lunes por la compañía, en los que detalló que los ingresos del canal online representaron el 42% de los ingresos totales, al alcanzar los 766 millones de euros, frente al 24% que representaron en 2019.

Mango diferenció cuatro etapas “muy diferenciadas” a lo largo del año, con un crecimiento de ventas del 8% en enero y febrero, meses previos a la pandemia, seguidos del periodo comprendido entre marzo y junio, cuando la primera ola de Covid-19 provocó el cierre de la mayor parte de las tiendas, con un aumento de los ingresos por ventas online en un 93%, que amortiguaron la caída de los ingresos totales al 50%.

En tercer lugar, entre julio y octubre la compañía experimentó una fase de recuperación en los que la facturación se situó en niveles similares a los de 2019 -en octubre fueron sólo un 6% inferiores en comparación con el mismo mes del año anterior-. Por último, la segunda ola de contagios ocurrida entre noviembre y diciembre volvió a provocar cierres de tiendas físicas, con la consiguiente reducción de las ventas, acompañada por una nueva subida en el canal online, potenciada por el Black Friday y la campaña de Navidad.

En cuanto al reparto de la facturación total por áreas geográficas, la actividad internacional del grupo ascendió al 79% del total y el mercado español representó el 21%. El Ebitda de la compañía se situó en 193 millones de euros.

Para el consejero delegado de Mango, Toni Ruiz, “debemos estar satisfechos por el trabajo que hemos hecho durante este año tan complicado” al haber logrado “unos niveles de facturación razonables teniendo en cuenta el contexto” y haber “acelerado todavía más el proyecto de transformación digital de la compañía”.

A cierre de 2020, la compañía disponía de 43 puntos de venta más que en 2019, alcanzando los 2.221 en más de 110 países, tras realizar más de 150 aperturas durante el año.