Unicef califica de "tormenta perfecta" la situación que vive el cuerno de África

-11 millones de personas están peligro de muerte si no se acrtúa con diligencia

MADRID
SERVIMEDIA

El director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake, declaró este lunes, recién llegado de Kenia en donde pudo contemplar "in situ" la tragedia que vive el cuerno de África, que lo que está pasando allí es "casi una tormenta perfecta: conflicto en Somalia, aumento del precio del petróleo y de los alimentos, sequía y escasez de lluvias. Nos enfrentamos a cuatro o cinco meses sin cosechas así que todos tenemos un gran trabajo por delante”.

Por eso, Unicef ha realizado una petición de fondos de 31 millones de dólares (21,91 millones de euros) para cubrir los costes de las operaciones más urgentes.

Según esta organización humanitaria, cerca de 11 millones de personas están en peligro si no se actúa con diligencia.

La situación en Somalia es insostenible ya que miles de mujeres y niños están huyendo cada día del centro y sur de ese país.

En cualquier caso, la crisis va más allá de los desplazamientos diarios de los refugiados que van a Kenia y Etiopía: también está afectando la subsistencia de millones de campesinos y pastores en estos dos países, que dependen de la lluvia para sobrevivir.

“En muchas de las comunidades más pobres la gente está tan empobrecida o debilitada que no es capaz de intentar andar en busca de ayuda”, explicó Lake, como en la árida región de Turkana, al norte de Kenia, en donde Lake afirmó que vió "el rostro silencioso de la crisis".

Allí se reunió con pastores cuyos medios de subsistencia se han visto afectados por las consecuencias de diez años de sequía. Las tasas de desnutrición en algunas zonas de Turkana se han disparado hasta el 37%. En el pueblo de Kapua, un punto de distribución de alimentos, cientos de pastores nómadas se reunieron para compartir sus experiencias y pidieron no ser olvidados.

Aunque las redes de seguridad y la asistencia humanitaria ayudaron a mantener a estas comunidades en el pasado, la interrupción de la cadena de alimentos hace que los suministros sean ahora esporádicos e inadecuados.

Los niños de esa zona sobreviven, si son afortunados, con una comida al día compuesta a menudo de sólo nueces de palma, y las madres lactantes no producen suficiente leche para alimentar a sus recién nacidos.

Una situación que se repite en otras comunidades de zonas áridas y semi áridas de Kenia, Etiopía, Yibuti y Somalia. “Esto no es solo una cuestión de vidas amenazadas sino de que la vida está amenazada” concluyó el dirigente de Unicef.

(SERVIMEDIA)
18 Jul 2011
MAN