Iglesias intervino por videoconferencia en una reunión del grupo parlamentario La Izquierda en la Eurocámara, en cuyo precursor estrenó él su vida política en 2014, y cerró su conferencia expresando su preocupación por el avance de la extrema derecha, en España y en el conjunto de la UE.

Partiendo de las premisas de que “la izquierda en Europa tiene que ser un referente fundamental del antifascismo” y de que “no se puede ser demócrata sin ser antifascista”, el vicepresidente dijo necesitar “el impulso de un esfuerzo antifascista europeo para recordar a algunos, que siguen abogando y practicando abrir las instituciones a la extrema derecha, para explicarles que esto va en contra de las tradiciones europeas”.

Por si quedaba alguna duda, se quejó de que el PP y Ciudadanos “han abierto la puerta de las instituciones” en comunidades autónomas y ayuntamientos a Vox, partido del que dijo que “defiende abiertamente los gobiernos de la dictadura” y “la violencia callejera”, y hace “apología del terrorismo de Estado”.

Apuntaló su argumento recordando que la dirigente de Vox Macarena Olona se fotografió junto a la estatua vandalizada del expresidente de la República Francisco Largo Caballero (“un dirigente obrero”, le definió Iglesias ante los eurodiputados) y rindió homenaje en Twitter al general Enrique Rodríguez Galindo el día en que éste falleció.

“No se puede consentir que esta gente esté en las instituciones democráticas. Esto va contra los principios fundacionales de Europa”, dictaminó el vicepresidente. “Necesitamos el apoyo de los antifascistas europeos para impulsar un cordón sanitario antifascista en las instituciones. Cuando se abre la puerta a las nuevas fuerzas de la ultraderecha, se abre la puerta al terror y a lo peor de nuestra historia”.