Blanco compareció en el Palacio de La Moncloa sin aceptar preguntas de los periodistas y acompañado por el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, y por su antecesor, Alfredo Pérez Rubalcaba, que tomó la palabra en primer lugar.

En una especie de “toma de posesión informal”, agradeció al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la confianza depositada en él, que ya “no puede expresarse con adjetivos”, sino sólo demostrarse “en el terreno de los hechos con esfuerzo y capacidad de trabajo, y así lo haré”.

Blanco es consciente de que no afronta una tarea “sencilla” y de que además es “muy difícil sustituir al mejor, Rubalcaba”, en las labores de comunicación, “pero también sé lo que tengo que hacer”.

RECUPERACIÓN ECONÓMICA

“La prioridad nacional está en la recuperación económica y la creación de empleo”, un objetivo que se juega en dos campos, en Europa, donde los países de la eurozona deben ser “rápidos y eficaces para devolver la estabilidad a los mercados de deuda”, y en España, donde todos deben contribuir a reafirmar la estabilidad y la solvencia de la economía.

Su premisa es que la claridad es “imprescindible para hacer frente a cualquier tipo de incertidumbre” y se comprometió por ello a “hablar claro”. “Quizá alguien se limite a poner el acento en mi acento gallego, pero todo el mundo me va a entender bien”, aseguró.

Eso, junto a la dimensión institucional de su cargo, se traduce en que informará “con total transparencia” de la acción del Gobierno dando la razón a los ciudadanos que creen “que el enfrentamiento no nos hace avanzar, el ruido y la crispación interfiere en el buen funcionamiento de las cosas”, y quienes representan a los ciudadanos “deben estar a la altura” de lo que eso significa.

“Mi método será el respeto a la verdad y a la inteligencia de la gente, y a la independencia de los periodistas y la pluralidad de los medios”, y la prueba de ello será su comportamiento, su tratamiento “a todo el mundo por igual”.

Explicó que quiere tener “una línea caliente” de comunicación fluida con los medios de comunicación para aprovechar los “muchos días” que quedan hasta las elecciones y no malgastar “ni un segundo” de trabajo por el país.

Pérez Rubalcaba comenzó entonando irónicamente un “mea culpa” por no haber conseguido el “pacto de Estado” que pretendió con los fotógrafos para que sólo disparen las cámaras los primeros cinco minutos de cada comparecencia.

No consideró necesario “presentar” a Blanco porque ya es suficientemente conocido, lo cual es una “garantía” para esa labor de portavoz que se mostró convencido de que ejercerá de forma “excelente” porque es una persona “muy cercana, está todo el día para lo que tiene que estar, y es una persona fiable”, por lo que reúne todas las características.