Los niños con síndrome de Down tienen un mayor riesgo de sufrir fracturas óseas

- Por eso una investigación tratará de averiguar si el entrenamiento de fuerza ayuda a prevenir estos problemas

MADRID
SERVIMEDIA

Un equipo de la Universidad de Zaragoza estudiará el posible beneficio e implicaciones hormonales del entrenamiento de fuerza en la masa muscular de los niños con síndrome de Down, que tienen un mayor riesgo de sufrir fracturas en los huesos y padecer problemas cardiovasculares por su densidad mineral ósea disminuida.

Y lo hará mediante el proyecto de investigación titulado "Efecto del entrenamiento vibratorio en la masa muscular de adolescentes con Síndrome de Down. Implicaciones hormonales y repercusión en la salud', reconocido con una de las ayudas a la Investigación de la Cátedra Real Madrid de la Universidad Europea de Madrid.

Los niños y adolescentes con síndrome de Down "tienen un contenido y una densidad mineral ósea disminuida, lo que representa un mayor riesgo de fractura en los huesos", señala Germán Vicente-Rodríguez, coordinador de la investigación.

Asimismo, añade, los niños con síndrome de Down tienen menor fuerza y resistencia muscular que las personas sin discapacidad intelectual ni física, lo que se asocia a una disminución de la capacidad cardiovascular y a un incremento en la incidencia de osteoporosis.

Esta debilidad muscular implica que "la habilidad de estas personas para desarrollar actividades diarias como caminar o levantarse de una silla también podrían verse afectadas, explica el coordinador del trabajo.

Esto es "especialmente importante", subraya, si se tiene en cuenta "que los trabajos que desempeñan las personas con síndrome de Down suelen ser principalmente físicos, de forma que una reducción en su fuerza podría tener un impacto negativo en su actividad laboral y limitar con ello su desarrollo social.

En este escenario, el objetivo de la investigación es comprobar si un tipo de actividad física más intensa como es el entrenamiento de fuerza, y a la edad infantil, puede resultar beneficioso para la salud general y capacidad funcional de las personas con síndrome de Down.

Concretamente, la investigación quiere comprobar si añadir 10 minutos de entrenamiento vibratorio tres días a la semana produce beneficios o palía la deficiencia en la fuerza muscular observada en estos pequeños.

(SERVIMEDIA)
11 Jul 2011
IGA/jrv