Díaz eludió apuntar a posibles sospechosos, alegando que "es pecado hacer juicios temerarios". Sobre su posible paradero, señaló que "hay que ponerse en lo peor y esperar lo mejor".

Según el deán, solo él mismo y dos colaboradores (doctores en diferentes especialidades históricas) tienen acceso a la cámara en la que se guarda la obra. De hecho, fue uno de estos expertos (un medievalista) el que echó en falta el documento la noche del pasado martes, cuando fue a cerrar el archivo. Este mismo operario recuerda haber visto por última vez el libro en su sitio a finales de la pasada semana (el jueves o el viernes).

Inmediatamente, este trabajador se puso en contacto con el deán, que acudió desde su casa para buscar "muy detalladamente" el libro, tanto en la propia cámara en la que se custodiaba como en las estancias adyacentes. Cuanto tuvieron "constancia plena" de su ausencia, llamaron a la Policía Nacional, que acudió en torno a las 22.00 horas y permaneció unas dos horas en la basílica tomando testimonio a varias personas e inspeccionando la zona.

A la mañana siguiente, en torno a las 10.00 horas, los agentes volvieron al templo y la denuncia se presentó formalmente por la noche. El deán confirmó que el resto de obras custodiadas en esta cámara, tambíén de gran valor, están en perfecto estado y que ninguna de ellas falta.

Asmimismo, eludió aportar detalles sobre las medidas de seguridad de la obra, debido a las indicaciones dictadas al respecto por los investigadores. En todo caso, puntualizó que el cabildo ha sido capaz de custodiarlo correctamente "durante tantísimos años". "No nos lo explicamos, la Policía trata de hacerlo con toda nuestra colaboración", dijo, confirmando que no había señales de violencia.

El "Códice Calixtino" nunca se llevaba a la sala de investigadores. De hecho, cuando éstos desean consultar algo, se les facilita un facsímil, y cuando el documento se enseñaba a alguien, como autoridades, se hacía en la estancia principal y en presencia del deán.

La obra estaba sobre un cojín y cubierta con un tapete bordado, para protegerla y que pueda ser consultada fácilmente en el mismo sitio donde se custodia. En todo caso, se accede "continuamente" a la cámara, para sacar otros libros que sí pueden ser consultados directamente por investigadores.

NO ESTÁ ASEGURADO

El incunable no está asegurado, aunque sí la catedral compostelana en su conjunto. La última vez que se tasó la obra, con motivo de una exposición en Burgos en la que finalmente no participó, se valoró en mil millones de pesetas (unos seis millones de euros).

Y es que "como norma" el "Códice Calixtino" nunca sale de la catedral. La última vez que lo hizo fue en 1993, durante dos días, para ser usado en la inauguración de una exposición en la propia capital gallega.

El deán destacó el "sumo interés" de la policía en este caso; la "comprensión inicial" mostrada por el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, con el cabildo catedralicio, y las numerosas llamadas "de solidaridad" recibidas, entre ellas las de la Xunta de Galicia. Dijo sentirse "víctima de un atentado, de una tremenda ilegalidad".

PREOCUPACIÓN DE FEIJÓO

Por su parte, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, expresó hoy su "preocupación" por la desaparición de esta obra "a nivel político y personal" de todo el Gobierno, por tener un "enorme valor" desde el punto de vista "histórico" y por ser "patrimonio de Galicia, España y de la humanidad".

"Deseamos que la investigación policial concluya con éxito y la podamos acabar en el menor tiempo posible", afirmó el dirigente autonómico, quien aseguró estar en contacto con los responsables de la investigación, así como con las autoridades religiosas, con el fin de "contribuir a ayudar en la resolución de la investigación".

"Lamentamos este hecho", aseveró, para indicar que ahora "toca trabajar con calma, sin especulaciones, hasta encontrar una pieza inigualable del patrimonio histórico". Preguntado sobre si las medidas de seguridad eran suficientes, Feijóo respondió que "lo prioritario" es esclarecer lo ocurrido; y, en relación con la propiedad de este patrimonio, dijo que "por lo que sé pertenece a la Iglesia Católica".