La construcción de esta planta se ha tenido en cuenta el ahorro energético y de agua, y la minimizando de su impacto medioambiental y teniendo en cuenta las interacciones con el entorno incluso durante el periodo de obras.

El diseño de la fábrica aprovecha su orientación natural, para tener una óptima eficiencia energética gracias, entre otras cosas, a la utilización de colores, tamaños y posición de ventanas, así como al empleo de las últimas tecnologías en aislamiento térmico a fin de aprovechar al máximo la luz solar.

Asimismo, un depósito con capacidad de cien mil litros permite recoger el agua de lluvia, que se utiliza para riego y usos sanitarios, y las placas solares colocadas en la cubierta de la nave se emplean para calentar el agua destinada a higiene personal.

Se han construido sistemas de conducción para el control de residuos industriales, se han colocado contenedores para el reciclado de plásticos y se ha apostado por el uso total de refrigerantes naturales que protegen la capa de ozono.

Para su funcionamiento, la nueva planta se nutre de las dos plantas de cogeneración instaladas en el recinto fabril para producir parte del vapor y la electricidad necesarios para sus procesos.