Para disminuir el consumo eléctrico, se ha programado el sistema de control de iluminación adaptándolo a los horarios de operaciones, de manera que se reducirá el nivel de luz en determinadas zonas cuando no haya embarques o desembarques.

Con la aplicación de esta medida se prevé ahorrar 216.000 kWh/año, lo que equivaldría al consumo de energía eléctrica de 240 viviendas de 100 m2 en un año.

Por otro lado, se ha regulado el control de climatización de manera que la temperatura del aire no sea inferior a 26 ºC, siempre y cuando la generación de frío por parte del sistema de refrigeración requiera consumo de energía convencional, con lo que se logra una disminución de 32 toneladas anuales de emisiones de CO2.

Para que los usuarios del aeropuerto puedan consultar la temperatura y la humedad relativa, se han incorporado estos datos a las pantallas de información distribuidas por las terminales.

Finalmente, el aeropuerto también ha puesto en servicio una nueva planta de osmosis inversa para el suministro de agua al sistema de refrigeración de la Central Energética, donde se produce el agua fría necesaria para la refrigeración de la Terminal T1, lograndose un ahorro de 28.000 metros cúbicos.