Zapatero arropó al candidato socialista a la Generalitat, Pasqual Maragall, en el acto central de su campaña, celebrado en el Palau Sant Jord y que combinó las intervenciones políticas con el colorido y el divertimento para las más de 25.000 personas que llenaban las gradas.

Para dejar claro que un Gobierno central del PSOE respaldaría las propuestas de una Generalitat presidida por Pasqual Maragall, aseguró desde la tribuna que apoyará la reforma de Estatuto que apruebe el Parlamento de Cataluña con mayoría socialista, que modificará el Senado para convertirlo en una cámara de representación territorial, y que defenderá el "eje pirenaico"como elemento fundamental del desarrollo vertebrado de España.

En toda su intervención, el líder socialista reiteró el mensaje de que coincide con Maragall en las ideas y en los proyectos, y de que una victoria conjunta en Cataluña y en las próximas generales abrirá una ventana "de aire fresco" al desarrollo de una España plural e integradora de su diversidad.

Esa victoria será "histórica", dijo Rodríguez Zapatero, que insistió en la necesidad de que Maragall "gane bien", con una amplia ventaja sbre sus adversarios. Pidió por ello a los electores "memoria y sentido común" para acordarse, al acudir a las urnas, de que PP y CiU han coincidido siempre en sus políticas y su confrontación ahora es "una pura comedia".

CiU, aseguró, lleva ocho años apoyando las políticas "autoritarias, antisociales, antiguas" del PP, y ambos protagonizan "una película cuyo título ya conocemos: Amor, enfado y reconciliación. Ocho años de amor, quince días de enfado por la campaña electoral, y toda la vida para la recnciliación".

Rodríguez Zapatero trazó más similitudes entre el PP y CiU al hablar de Mariano Rajoy y de Artur Mas como candidatos "designados, recomendados, enchufados", y no elegidos democráticamente por sus partidos. Ambos son "el delfín", dijo, antes de hacer un juego de palabras y referirse a ambos como "el del fin de la política de derechas", en Cataluña y en España.

Con una victoria socialista en Cataluña y en Madrid, reiteró Rodríguez Zapatero, se podrá construir un "verdadero patriotismo" consistente en ayudar desde el Estado a quienes más lo necesitan.

Para llevar adelante ese proyecto, alertó a los catalanes, es necesario que Maragall "gane bien". Llamó por ello al voto útil de los electores, alertando de que el voto a CiU es "más de lo mismo" y sugiriendo además que Artur Mas es el que podría apoyarse en Esquerra Republicana de Cataluña para gobernar. "Maragall es un problema serio para los independentistas y para los centralistas, pero es la solución para Cataluña", recalcó.

ntre esas políticas criticables del PP, tuvo una especial referencia para la guerra en Iraq, que aprovechó para un pequeño homenaje a dos escritores catalanes fallecidos recientemente, Miquel Martí i Pol y Manuel Vázquez Montalbán. El primero escribió que algunos "pregonan la paz pero con la boca pequeña llaman a la guerra" y el segundo alertó de que la guerra puede ser rápida pero las secuelas "eternas", y es necesario "preparar la mayoría absoluta para la paz". Ambos siguen vivos en la memoria, dijo, com Ernest Lluch, una mención que provocó los aplausos de los asistentes.

El acto fue presentado por Els Comediants, por el actor Sergi Mateu, uno de los protagonistas de la serie "Hospital Central", por Rosa Regás y por Carles Flavià, y contó además con las actuaciones en directo de Javier Gurruchaga y de Joan Manuel Serrat, todo ello en un escenario con los colores socialistas, blanco y rojo, y consistente sólo en una plataforma, de forma que era visible desde cualquier punto del Palau.

El último rador de la noche fue el candidato, Pasqual Maragall. Antes, además de Rodríguez Zapatero, tomaron la palabra el primer secretario de los socialistas catalanes, José Montilla, y la ex alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet, la emblemática Manuela de Madre, número dos de la candidatura de Maragall.