Este acto, como ya es tradicional en los organizados por los socialistas catalanes, contó con un gran colorido. El escenario consistía sólo en una plataforma de diferentes alturas de los colores socialistas, blano y rojo, sin laterales ni frontal, de forma que todas las gradas del Palau tenían plena visibilidad. Sobre el escenario, 60.000 claveles ponían el toque para las imágenes de televisión y recordaban el emblema del partido.

Pese a contar con total visibilidad, dos pantallas gigantes permitían a los asistentes no perder detalle de lo que ocurría en cada momento en la tribuna y entre las butacas donde se sentaban los dirigentes, con Rodríguez Zapatero y Maragall en los asientos principales, acompañados d sus parejas, Sonsoles y Diana.

Ambos se vieron obigados a saludar varias veces a los asistentes al Palau, y Maragall llegó incluso a subirse a la silla para asegurarse de que se le veía. Entre senyeras y banderas del PSC-PSOE, los militantes y simpatizantes reclamaban su atención con gritos de "presidente, presidente", dirigidos a uno y a otro indistintamente, y con el reiterado "Visca, visca, visca, Cataluña socialista".

El acto fue presentado por "Els Comediants", que pusieron en escena variosde sus vistosos espectáculos, intercalándolos con las intervenciones políticas, y también por el actor Sergi Mateu, protagonista de la serie "Hospital Central".

Las senyeras ondearon al ritmo del "Imagine", de John Lennon, cantada en directo por Javier Gurruchaga, tarareada también por Maragall y Zapatero, con un entusiasmo visiblemente superado por el de sus parejas, igual que ocurrió con su siguiente versión, esta vez del "All you need is love", de los Beatles.

El plato fuerte de la noche fue l actuación en directo de Joan Manuel Serrat, con dos de dus más emblemáticas canciones, "Paraules de amor" y "Mediterraneo", antes de que subiera a la tribuna el último orador, Pasqual Maragall.

También subieron a la tribuna "para apoyar el cambio" la novelista Rosa Regàs, que expuso una extensa definición de lo que supone, en su opinión, "ser de izquierdas", y Carles Flavià, que distinguió con su humor entre un presidente que incita al sueño y otro que puede permitir "soñar" a los ciudadanos.

Flvià aconsejó irónicamente a Rodríguez Zapatero que no vote a Maragall "porque le volverá loco, este tío marea a todo el mundo" y prueba de ello, dijo, es que cuando propone algo "desde el quinto coño se cabrea alguien. Buena señal".

Entre actuación y actuación subían a la tribuna los dirigentes socialistas. Primero, el primer secretario de los socialistas catalanes, José Montilla. Después, la emblemática Manuela de Madre, ex alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet, que tuvo que dejar la Alcaldía por padcer una fibromialgia y que concurre a las elecciones del próximo domingo como número dos de la candidatura de Maragall. También acudieron al mitin el secretario general de los socialistas vascos, Patxi López, y el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, a quienes Maragall pidió que saludaran al público.