El contrato está dividido en dos lotes: el primero tiene un presupuesto de 18,9 millones para la compra de chalecos antifragmentos-antibalas, mientras que el segundo, dotado con 4,2 millones de euros, recoge la adquisición de un total de 3.000 juegos de placas balísticas para estos chalecos, compuestos cada uno por una placa frontal, otra dorsal y dos laterales.

Los chalecos se destinarán a las unidades destinadas en España y a los distintos contingentes desplegados en misiones internacionales, sustituyendo a los que dejarán de estar de servicio progresivamente por cumplir su tiempo de vida útil.

El presupuesto de este contrato es de 23.050.000 euros, impuestos incluidos. El valor estimado del expediente asciende a casi 31 millones de euros, al incluir el importe sin impuestos -19.050.000 euros-, una partida de 9.525.000 euros para una posible prórroga para los años 2024 y 2025, y otra partida de 2.340.000 euros para modificaciones previstas.

El chaleco de protección balística es un medio de protección personal, formado por un conjunto de paneles flexibles balísticos y funda exterior, cuya función es proteger la superficie del pecho, espalda, hombros, cuello, antebrazos y pelvis, proporcionando protección contra munición convencional de armas ligeras y fragmentos.