Como acordó ayer la Comisión de Salud Pública y recoge la actualización de la Estrategia de vacunación frente a la Covid-19 en España, esta nueva vacuna se inyectará a personas entre los 18 y los 55 años que trabajen como sanitarios o sociosanitarios, en instituciones penitenciarias, profesores y miembros de los cuerpos de seguridad y emergencias.

A diferencia de las otras dos vacunas con las que ya cuenta España -la de Pfizer y la de Moderna-, la de AstraZeneca no incluyó ensayos clínicos con personas con enfermedades de alto riesgo de complicaciones por coronavirus, lo que limita mucho a quién se puede administrar.

Y es que, como reconoce la estrategia de vacunación, esta vacuna elaborada con la Universidad de Oxford “no cuenta actualmente con datos de utilización en las personas mayores de 55 años o personas con enfermedades más graves”.

Los estudios sí incluyeron, en cambio, a casi un 40% de participantes con otras comorbilidades como enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias o diabetes, que sí se podrán beneficiar de estas dosis.

DOS DOSIS Y FÁCIL ALMACENAMIENTO

Esta nueva vacuna, al igual que las otras dos ya disponibles, consta de dos dosis que deben administrarse con una separación de entre 10 y 12 semanas para que sea efectiva.

En los ensayos clínicos, en los participantes en los que la vacuna se administró con un intervalo entre dosis de 4 a 12 semanas la eficacia fue del 59,5%. Además, se diagnosticaron 64 casos confirmados coronavirus en el grupo vacunado y 154 casos en el grupo control. Asimismo, el riesgo de hospitalización entre los vacunados es muy bajo, ya que no hubo ningún caso de hospitalización por Covid-19 entre los participantes que recibieron las dos dosis.

La vacuna de AstraZeneca está compuesta por un vector de adenovirus de chimpancé no replicativo producido mediante técnicas de recombinación de ADN, que incluye material genético que codifica una proteína del SARS-Cov-2.

La vacuna se comercializa en viales de 10 dosis que no necesitan dilución y se transporta y conserva entre 2 y 8 grados centígrados, lo que facilita su transporte y almacenamiento.

ÉTICA PARA VACUNAR

Pese a que ya hay tres vacunas disponibles en España, la Comisión de Salud Pública reconoce que “es insuficiente para alcanzar en el corto plazo un acceso universal a las mismas”, por lo que aún será preciso determinar qué grupos específicos deben vacunarse.

Para determinar los grupos que se vacunan con prioridad, Sanidad reúne a una serie de expertos que incluye al Comité de Bioética, sociólogos o epidemiólogos, entre otros profesionales.

Son ellos quienes han establecido tres principios básicos: el principio de necesidad, el de equidad y el de reciprocidad.

El de necesidad es “el idóneo para distribuir un recurso esencial para la salud, como es la vacuna, pero en la situación epidemiológica de importante aumento de casos nos indica a quién dirigir las próximas dosis de vacunas y cuál de las vacunas a nuestra disposición ahora o en el corto plazo debe utilizarse”, explica la estrategia.

El principio de equidad “exige tener en cuenta las vulnerabilidades, desigualdades, riesgos y necesidades de los grupos no solo a la hora de priorizar en el acceso a la vacuna, sino también a la hora de determinar qué vacuna, en concreto, se utiliza”.

Por último, el principio de reciprocidad “exige proteger especialmente a quienes soportan importantes riesgos y cargas adicionales por la Covid-19 por estar dedicados a salvaguardar el bienestar de los demás, incluida la salud”. Este principio justifica “no sólo el acceso prioritario por parte de estas personas, sino también qué vacuna o vacunas ha de utilizarse”.

Así es cómo se ha determinado, junto a otros criterios, que los primeros vacunados sean mayores de las residencias, personal sanitarios y sociosanitario, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, Emergencias, Fuerzas Armadas y docentes.