Esta federación considera que las campañas de sensibilización, el incremento de la asistencia a las mujeres que sufren este tipo de violencia y la formación cada vez mayor que reciben los miembros de las fuerzas de seguridad que persiguen estos delitos, han contribuido a reducir el número de denuncias.

En 1986, 1.700 mujeres presentaron denuncia tras sufrir una violacón y desde ese año la cifra ha experimentado una leve disminución.

La mayor parte de las mujeres que denunciaron la agresión habitan en grandes ciudades, como Madrid y Barcelona, y tienen entre 15 y 25 años.

Sin embargo, Tina Alarcón señaló que continúan siendo mayoría las víctimas de violaciones que no presentan denuncian, "fundamentalmente cuando la agresión se produce en el seno de la familia".

AGRESIONES EN EL SENO FAMILIAR

La presidenta de la federación mantiene que las agresiones sexales por parte de miembros de la misma familia quedan habitualmente "en la más absoluta impunidad".

A su juicio, aunque las normas españolas que legislan estos delitos "son buenas", en las cárceles se siguen concediendo permisos penitenciarios a violadores no rehabilitados.

"Algunos presos", explicó, "sobre los que recae una sentencia de 15 años por violación, transcurridos dos primeros años ya están en la calle sin haber recibido un tratamiento médico adecuado".

Según Tina Alarcón, no exist un esteorotipo de violador. "No podemos hablar", agregó, "de un tipo único de violador. Aparece en todas las clases sociales y los agresores presentan carácteres diversos y diferenciados".