Además, el instructor del caso, el magistrado Luciano Varela, dio tres días de plazo a la defensa de Garzón para que, tras estudiar las pruebas solicitadas por Manos Limpias, pueda presentar sus alegaciones y, en su caso, pedir a su vez la práctica de pruebas de descargo.

Esta medida supone que el magistrado Varela no decidirá como pronto hasta la semana que viene si lleva a juicio a Garzón o, por el contrario, decreta el archivo de las actuaciones seguidas contra él en el Alto Tribunal.

El pasado 15 de septiembre Varela dio cinco días de plazo a las partes para que pudiesen pedir la práctica de nuevas diligencias de pruebas, pero el abogado de Garzón, Gonzalo Martínez-Fresneda, comunicó al Tribunal Supremo que no iba a solicitar ninguna nueva hasta conocer las que proponía Manos Limpias.

Entre las nuevas pruebas que Manos Limpias ha pedido que se incorporen a la investigación se encuentran las normas de reparto de la Audiencia Nacional o la copia de una conferencia que el magistrado ofreció en junio pasado.

Si Varela decide finalmente sentar en el banquillo de los acusados a Garzón el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) podría suspender cautelarmente al magistrado a la espera de que se resuelva su juicio.