Biodiversidad

Los arbustos de zonas áridas dependen de otras plantas y animales para expandirse

- Esas relaciones influyen en el efecto de las lluvias sobre los matorrales

MADRID
SERVIMEDIA

Las interacciones entre plantas, pequeños herbívoros roedores y depredadores carnívoros modulan el efecto de las lluvias sobre la expansión de los arbustos y los matorrales en los ecosistemas áridos.

Así lo asegura un equipo internacional de 11 investigadores pertenecientes a instituciones de Bolivia, Chile, Costa Rica, España, Estados Unidos, Países Bajos y Uruguay, en un estudio publicado en la revista 'Ecological Monographs'.

"Se sabe que las lluvias son importantes en las zonas secas, pero conocemos muy poco sobre el papel que juegan las plantas y los animales en las respuestas a largo plazo que tienen los ecosistemas áridos a las precipitaciones", indica Cristina Armas, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC) y coautora del estudio.

En 1989, gracias a una colaboración entre investigadores chilenos y estadounidenses, se montó un experimento ambicioso y de largo alcance en el norte de Chile, concretamente en la antesala al desierto de Atacama, el más árido del mundo. Desde entonces, se ha analizado la presencia de herbívoros y carnívoros para entender como determinan la respuesta de la vegetación a las lluvias.

"Este experimento demostró que los roedores y plantas responden positivamente a la lluvia, pero, en el caso de las plantas perennes y los arbustos, su expansión depende de la competencia con las plantas anuales, el efecto herbívoro de los roedores e. indirectamente, el efecto de los depredadores carnívoros, que no sólo comen roedores, sino que también provocan un cambio en la conducta, forrajeo y uso que los roedores hacen del matorral", explica Ariel Farias, de la Universidad de la República en Uruguay y del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad en Chile.

30 AÑOS DE ESTUDIO

Los resultados de este estudio experimental ponen de relieve que los seres vivos de ambientes áridos responden a la variabilidad del clima incorporando complejas interacciones a través de todos los niveles tróficos del sistema, que, en último término, influyen en uno de los elementos aparentemente más estables de la vegetación semiárida: los arbustos.

"La mayoría de los estudios sobre ecosistemas áridos considera a la vegetación arbustiva como algo estable, ya que en estas especies longevas y de lento crecimiento es difícil detectar cambios si se estudian por poco tiempo. Sin embargo, los datos de largo plazo nos permitieron identificar cambios interanuales en la cobertura arbustiva", apunta Aurora Gaxiola, del Instituto de Ecología y Biodiversidad y Pontificia Universidad Católica de Chile.

Milena Holmgren, de la Universidad de Wageningen (Países Bajos), señala que ya se conocía que los bosques secos pueden expandirse durante los periodos lluviosos asociados a los eventos climáticos de 'El Niño'. "Ahora, con este experimento de 30 años, hemos aprendido a entender cuándo los sistemas arbustivos también pueden expandirse, aunque mucho más lentamente", añade.

Ante el cambio climático global, comprender cómo las interacciones entre los organismos median las respuestas de la vegetación de los ecosistemas áridos frente a la variabilidad climática es esencial para gestionar adecuadamente la conservación de la biodiversidad en esos lugares.

"Cuando comenzamos esta aventura científica, nunca imaginamos que iba a crecer de esta forma. Con el correr del tiempo se formó un equipo muy diverso de profesionales especializados en distintas disciplinas, de varios continentes y de ya varias generaciones. Este trabajo ha formado una escuela de cómo hacer ciencia en equipo", concluyen Julio Gutiérrez, Peter Meserve y Douglas Kelt, de las universidades de La Serena (Chile) e Idaho y California en Davis (Estados Unidos), respectivamente.

(SERVIMEDIA)
05 Feb 2021
MGR/gja