Violencia

El cierre de escuelas por el coronavirus dispara la mutilación genital en niñas keniatas

MADRID
SERVIMEDIA

El cierre de las escuelas en Kenya y el confinamiento derivado de la crisis del coronavirus ha disparado un 25% los casos de mutilación genital femenina en Kenya, según un informe de Ayuda en Acción. Y es que, como apuntan los cooperantes, los centros educativos servían de refugio para muchas niñas frente a una práctica monstruosa que aún es frecuente en familias rurales.

El estudio se centra en la región de Tharaka, de unos 365.000 habitantes, donde, con la apertura de las escuelas en enero, los educadores han visto cómo muchas niñas han sido mutiladas genitalmente durante el confinamiento.

“Cuando hemos podido visitar a las familias y hablar con el personal sanitario de las comunidades, hemos comprobado que nuestros esfuerzos de estos años no han dado uno, sino dos pasos atrás”, afirmó el coordinador de programas de Fundación Kirira, James Muthengi.

En muchas comunidades de Kenya, las escuelas sirven también como centros para sensibilizar contra la mutilación genital femenina, pero los programas se vieron interrumpidos por la crisis del coronavirus.

“Una de las estrategias para frenar la práctica de la mutilación ha consistido en mejorar las oportunidades para las mujeres que se dedicaban a celebrar las ceremonias en las que se mutilaba a las niñas”, explicó Ayuda en Acción.

Sin embargo, “hoy la falta de empleo está empujando a antiguas circuncidadoras a retomar sus antiguos trabajos para obtener recursos económicos a través de esta práctica clandestina, ya que en Kenia es una práctica ilegal penada con cárcel”.

El presidente keniata, Uhuru Muigai Kenyatta, se comprometió en 2019 a erradicar la mutilación en 2022, pero el duro revés sufrido por la Covid-19 hace tambalear las previsiones, sobre todo en las zonas rurales, donde las niñas están en mayor riesgo.

Fuera de las ciudades, la pobreza agravada por la pandemia está empujando a muchas familias a buscar una salida a través de los matrimonios de sus hijas, ya que es tradición la entrega de una dote a cambio del matrimonio.

“En una situación así y lejos de los centros de poder, la mutilación de las niñas deja de estar en el centro de las preocupaciones de las comunidades y sus líderes. En muchas zonas rurales hay riesgo de un vacío de autoridad que no hace más que aumentar la situación de vulnerabilidad de las niñas”, alertó la ONG.

A pesar de los esfuerzos de muchos países por erradicar la mutilación genital femenina y de la denuncia de la comunidad internacional, en la actualidad todavía persiste esta práctica en muchos países, especialmente en África y Asia.

Se estima que cada año tres millones de niñas son mutiladas, mientras que más de 200 millones de mujeres y niñas han sido objeto de este tipo de violencia. La previsión para los próximos dos años es que haya cuatro millones de casos como consecuencia de la pandemia.

(SERVIMEDIA)
04 Feb 2021
GIC/gja