La encuesta, realizada a un total de 4.934 internos con dominio del idioma español o árabe de 66 centros penitenciarios, indica también que desde la realización del último trabajo de estas características, en el año 2000, ha aumentado el consumo de alcohol entre los presos de las cárceles españolas. Así, si actualmente lo consume el 61,7% de los reclusos, hace seis años lo hacía el 43,1%.

El informe también pone de manifiesto una elevada prevalencia de tabaquismo entre la población penitenciaria, ya que el 74% de los internos fuma cigarrillos a diario, más del doble que entre la población general (31% en 2003, según recoge la Encuesta Nacional de Salud).

A este respecto, Salgado anunció que su Departamento va a poner en marcha, "de manera inmediata", programas de prevención y deshabituación tabáquica en las prisiones, donde está permitido fumar en algunas zonas, para disminuir el consumo de esta droga también entre los reclusos que, de manera voluntaria, deseen beneficiarse de esta iniciativa.

Igualmente, la titular de Sanidad anunció que la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas pondrá en marcha programas específicos de atención integral a mujeres ingresadas en centros penitenciarios con problemas de drogas, en colaboración con la Dirección General de Instituciones Penitenciarias

El trabajo, realizado con la colaboración de la Dirección General de Institutciones Penitenciarias y de la Secretaría de Servicios Penitenciarios de la Generalitat de Cataluña, que tiene competencias propias en esta materia, se presentó coincidiendo con el Día Internacional contra el uso indebido y tráfico ilícito de drogas, puesto en marcha por Naciones Unidas, bajo el lema "Las drogas no son un juego de niños".

PRESOS DROGODEPENDIENTES

La ministra destacó también que un alto porcentaje de los reclusos tiene problemas de drogodependencias, ya que la mayoríade ellos consumía drogas antes de su ingreso en prisión en una proporción mucho más elevada que la población general.

Así, un 42%de los presos (26.000 personas) habían consumido heroína alguna vez en la vida (frente al 0,9% de la población general), y un 58,9% (36.000 personas) cocaína, frente al 5,9% del resto de la población. Estas diferencias se mantienen para otras drogas como el cannabis, las anfetaminas o el éxtasis.

Sin embargo, subrayó Salgado, durante su estancia en prisión, los reclusosconsumen menos drogas y cambian su patrón de consumo, aunque unos 5.000 presos han tomado estupefacientes alguna vez en la cárcel.

Por otra parte, al comparar los datos de esta encuesta con el estudio realizado en el año 2000, se observa una disminución de la proporción de consumidores de heroína (que ha pasado de un 31,4% en 2000 a un 19,3% en 2006), de éxtasis (un 6,8% frente al 4,8% actual) y de alucinógenos (4,4% frente al 2,4% actual).

En este sentido, la directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, que estuvo también en la presentación de estos datos, anunció que se van "a incrementar las medidas de control con una inversión importante en nuevas tecnologías" para controlar mejor la entrada de drogas en las cárceles.

La encuesta señala también que entre los problemas de salud más importantes existentes en la población penitenciaria están las infecciones de transmisión sanguínea y sexual, relacionadas con los antecedentes de inyección de drogas y con las conductas sexuales de riesgo y la práctica de tatuajes en condiciones higiénicas inadecuadas.