El trabajo, titulado “Recuperar la ayuda a la educación. Una llamada de emergencia. Tendencias de la cooperación española en educación', señala que, en general, toda la ayuda Oficial al Desarrollo de España sufrió un recorte drástico a partir de 2009, pero que la educación fue una de las peor paradas.

De hecho, los fondos destinados ayuda al desarrollo cayeron casi a la mitad entre 2008 (4.760 millones de euros) y 2018 (2.449 millones), afirma el estudio, que señala que estos recortes afectaron sobremanera a la AOD bilateral, instrumento principal y esencial de las políticas de cooperación de un país.

En rueda de prensa, la técnica de incidencia de Entreculturas Macarena Romero explicó que si el compromiso es destinar el 0,7% del PIB a AOD, España pasó de invertir el 0,37% del PIB en 2007 al 0,20 en 2018, puesto que se limitó a poco más que cumplir “los compromisos internacionales ineludibles”. En 2015 se llegó a destinar sólo el 0,12%, señaló. “Hemos pasado de ocupar el puesto 7 2009 (de los países del CAD) al puesto 16 en 2018”.

Del mismo modo, los programas para educación en contextos de emergencias también perdieron peso dentro de la ayuda humanitaria (ante catástrofes de diversa índole), hasta caer al 2,4%del total.

Romero quiso destacar también el papel fundamental de la “cooperación descentralizada” de comunidades autónomas y ayuntamientos que, aunque también sufrió recortes, lo hizo en mucha menor medida que la procedente de organismos del Estado. Pasó de representar el 17% del total en 2008 a suponer el 40% una década después y ello a pesar de caer un 77%.

El informe alerta, asimismo, sobre la “preocupante tendencia” a contabilizar como gasto en cooperación la ayuda prestada a las personas refugiadas en el propio país, cuando estos fondos pertenecen a las políticas de servicios sociales, según la entidad.

El director de Entreculturas, Ramón Almansa, lamentó que “la cooperación española, que sí tiene una gran experiencia en educación, ha perdido la relevancia histórica con que contaba”, y llamó a recuperarla de inmediato.

A su juicio, resultan “escandalosos” los recortes tanto en cooperación como en educación para la ciudadanía global sucedidos durante la última década. “Hemos de poner los servicios públicos esenciales, como sanidad y educación, en el centro de la agenda de cooperación española, por su efecto multiplicador”, reclamó.

Del mismo modo, Almansa reclamó hacer de la política de cooperación “la columna vertebral de la política exterior de España”, para que “se nos reconozca” por ello”. Todo esto pasa “por un compromiso firme de financiación” para la cooperación española y, dentro de esta, con los programas de cooperación.

Así, Almansa propuso fomentar los programas de canje de deuda exterior por servicios educativos, y pidió al Gobierno alcanzar el 0,5% del PIB para Ayuda Oficial al Desarrollo en esta legislatura.