Así se desprende del análisis de Asempleo de los datos del Instituto Nacional del Estadística (INE) del tercer trimestre de 2020 respecto al mismo periodo del año anterior.

De los 700.000 ocupados que perdieron su empleo entre julio y septiembre, el 95% estaba trabajando en una ocupación básica y el 90% tenía una formación baja, mostrando que los trabajadores infracualificados fueron los más golpeados por la crisis del Covid-19, aunque en términos absolutos lo fueron los cualificados.

Además, el 51,1% de los trabajadores españoles se encontraba cualificado para su puesto en el tercer trimestre, el 11,3% estaba infracualificado y el 37,7%, sobrecualificado.

Respecto a este último grupo, se observa que ha crecido desde la crisis de 2008 en ocho puntos, a diferencia de los cualificados e infracualificados, y afecta a la mitad de los menores de 24 años, el segmento más formado.

La sobrecualificación es especialmente relevante en actividades como el comercio, la hostelería u otros servicios relacionados con el ocio, donde casi la mitad de los trabajadores (46%) tienen un nivel de formación superior al teóricamente requerido para el puesto.

Las regiones donde se registró un mayor porcentaje de infracualificación en el tercer trimestre fue en Castilla-La Mancha (17%), Extremadura (16,6%) y Galicia (14,4%).

El presidente de Asempleo, Andreu Cruañas, destacó que “entre las tareas en las que habrá que concentrarse cuando amaine la pandemia, la formación y la inversión en educación tendrán un lugar destacado”.