Según Pérez, esta iniciativa estaría destinada, "por un lado, a servir de mecanismo de reequilibrio territorial, y, por otro, a la mejora del medio ambiente, las condiciones climáticas o la amortiguación del ruido gracias a este pulmón verde que rodearía la ciudad".

Pérez hizo esta propuesta en una visita a una zona de Campamento cercana al complejo de La Dehesa que, en la actualidad, pese a ser una espacio natural con arbolado abundante, está clasificada como edificable en el plan de urbanismo.

"Se trataría por tanto", explicó Pérez, "de proceder a los cambios urbanísticos necesarios en la ordenación para que sobre este tipo de suelo no se puedan levantar nuevas viviendas, sino que se reserve para el papel que hoy desempeña o que se puedan construir dotaciones deportivas, de ocio o medioambientales, ya que no hablamos en ningún caso de suelo protegido".

Pérez, que apuntó la posibilidad de abrir aulas de naturaleza, auditorios, museos de distrito o instalaciones deportivas en estos espacios, dijo que de las cerca de 3.300 hectáreas disponibles para cerrar el Anillo Verde, más de 2.000 están "en el remate sureste de la ciudad, en las zonas de Campamento, casi 700; Las Mimbreras, con más de cien, y en el distrito de Villa de Vallecas, con más de 1.200 pertenecientes al entorno de Valdemingómez".

"El resto, hasta rodear Madrid, serían espacios más pequeños pero en todo caso suficientes para llevar a cabo esta propuesta que es totalmente realista y factible", aseguró Pérez, concluyendo que "como principio se plantea una nueva mirada sobre la realidad territorial en la que el espacio libre es considerado un bien de interés común para los ciudadanos".