Según informó el Instituto Armado, el inicio de la operación tuvo lugar a finales de 2010 tras varias denuncias de naturaleza similar presentadas en la zona noroeste de la región, que llevaron a sospechar de la presencia de un grupo organizado.

La totalidad de los robos se producían durante el día, principalmente en horarios de tarde, en viviendas emplazadas en bajos o primeras plantas y siempre después de confirmar que los moradores no se encontraban en su interior mediante el lanzamiento de piedras contra los balcones y persianas. Posteriormente los autores accedían a su interior forzando las ventanas.

Los indicios recogidos en las escenas de los delitos aportaron las pruebas suficientes para ubicar a un grupo de sospechosos, residentes en el entorno de Villalba, cuya investigación reveló finalmente su implicación en los hechos, así como el método utilizado en los robos.

De este modo, mientras una persona, menor de edad, accedía al domicilio, el resto de componentes del grupo esperaban en el exterior con la finalidad de alertar de la posible llegada de alguna persona o patrulla policial y de ayudar en el transporte de los objetos sustraídos. Las casas asaltadas pertenecían al término municipal de Collado Villalba.

Los agentes averiguaron que los delincuentes contactaban con otro grupo de jóvenes con los que se intercambiaban efectos robados a fin de revenderlos en el mercado negro y constataron que esta segunda banda se encargaba del robo de viviendas de Cercedilla y Collado Mediano.

Tras la desarticulación de los grupos y el arresto de sus integrantes, cinco y seis, respectivamente, los registros domiciliarios efectuados han permitido la recuperación de numerosos efectos y la imputación a los detenidos de 48 delitos de robo con fuerza en viviendas y de otro en establecimiento comercial.

Los arrestados, nueve de nacionalidad marroquí y dos españoles, han pasado a disposición judicial, que ha ordenado el ingreso en prisión de los tres cabecillas y el internamiento en un centro de los tres menores.