El informe anual sobre los precios del alquiler elaborado por el portal y difundido este lunes pone de relieve que el precio del alquiler de la vivienda bajó un 0,51% respecto a noviembre de 2020. En el último trimestre del pasado año también reflejó un descenso, del 0,81%, y del 1,01% en el segundo semestre. La renta media del alquiler terminó el año en 980 euros mensuales.

Las regiones más caras para vivir de alquiler en diciembre de 2020 fueron Comunidad de Madrid (1.611 euros al mes), Baleares (1.369 euros) y Cataluña (1.272 euros), mientras que las rentas más económicas se registraron en Extremadura (466 euros), Castilla-La Mancha (544 euros) y Galicia (601 euros).

En términos porcentuales, en Andalucía se registró el mayor incremento anual en diciembre, con un 8,71%. En cambio, el mayor descenso fue el de Canarias (-7,9%).

Frente a noviembre, el incremento más llamativo tuvo lugar en Castilla-La Mancha (2,49%), mientras que el mayor ajuste se produjo en Cataluña (-3,18%).

En la clasificación de provincias por renta, la primera posición fue para Madrid, con 1.611 euros al mes. Le siguieron Barcelona (1.501 euros) y Baleares (1.369 euros). En el lado opuesto, Teruel cerró la clasificación con 401 euros mensuales.

La provincia en la que más se encareció el alquiler en el balance del año fue Soria (10,58%) y la que registró el mayor descenso fue Toledo (-14,09%).

En cuanto a capitales de provincia, Madrid fue la más cara para los inquilinos con una renta media de 1.789 euros al mes. Le siguieron Barcelona (1.698 euros) y Donostia-San Sebastián (1.299 euros).

El director de Estudios de ‘Pisos.com’, Ferran Font, explicó que “la corrección natural de las rentas que ya comenzó en los últimos meses de 2019 ha desembocado en ajustes importantes debido a los efectos de la crisis sanitaria” y que las restricciones a la movilidad “tocaron de lleno” a los apartamentos turísticos, así como “la expansión del teletrabajo ha hecho que los inquilinos no tengan que vivir cerca de sus oficinas, lo que ha trasladado la demanda a la periferia”.

De cara a la evolución en el corto plazo, Font aludió a la limitación de las rentas del alquiler a nivel nacional que tiene en mente poner en marcha el Gobierno “y que podría alterar el equilibrio del mercado si el respeto a los indicadores propuestos pasa de recomendación a obligación”.

Hizo referencia a que “las dificultades financieras complicarán el pago de las rentas” por parte de las familias, por lo que “no se descarta un aumento de la morosidad”, al tiempo que “tenemos una parte de la demanda compradora que retrasará su decisión por prudencia, estirando su permanencia en viviendas de alquiler hasta que el entorno sea más seguro”.