Tribunales
Villarejo: “No me arrepiento en absoluto de lo que he hecho, aunque lleve cuatro años en la cárcel”
- El excomisario dice en el juicio que grabó a Corinna por encargo del CNI y con medios facilitados por los servicios de inteligencia
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El comisario jubilado José Manuel Villarejo, en prisión preventiva desde noviembre de 2017, se sienta este viernes por primera vez en el banquillo por presuntas calumnias al exdirector del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Félix Sanz Roldán, con la examante del rey emérito Corinna Larsen como testigo. En su declaración aseguró: “No me arrepiento en absoluto de lo que he hecho, aunque lleve cuatro años en la cárcel”.
Villarejo se presentó como un fiel servidor del Estado bajo gobiernos del PP y del PSOE, caído en desgracia por su enfrentamiento con el director del CNI del momento, Félix Sanz Roldán, al que acusó de tenerle una animadversión personal. Se trata del primer juicio al comisario jubilado, que tiene cerca de una treintena de investigaciones abiertas en la Audiencia Nacional.
Al comienzo de la vista, el letrado del comisario jubilado, Antonio García Cabrera, pidió al juez que fuera el propio acusado quien interrogara a Sanz Roldán, en su condición de abogado, y volvió a solicitar el aplazamiento del juico por falta de tiempo para preparar el juicio. Ambas peticiones fueron rechazadas por el magistrado titular del juzgado de instrucción número 8 de Madrid, Jesús de Jesús, que argumentó que este juicio ha sido suspendido ya en cuatro ocasiones, lo que le ha dado tiempo para preparar la defensa.
La Fiscalía Provincial de Madrid solicita dos años de cárcel para Villarejo, un año por el delito de denuncia falsa y otro por el de calumnias. El juicio arrancó con la declaración de Villarejo, que se presentó como un fiel servidor de los intereses del Estado y una víctima de Sanz Roldán. Villarejo estuvo presente en la sala de vistas, sentado junto a su abogado, con chaqueta oscura y camisa blanca y cubierto con una mascarilla con la bandera de España.
El comisario jubilado explicó que recibió el encargo de acercarse a Corinna: “Intenté convencerla, seducirla, engañarla, ganarme su confianza, lo que era mi trabajo”. Aseguró que se reunió “en muchas ocasiones con ella” con el objetivo último de proteger a la Jefatura del Estado.
Alguna de esas reuniones se celebraron en Mónaco y otras en Londres. Concretamente, se refirió a una que sucedió en el domicilio de la empresaria que Villarejo grabó “por orden del CNI y fueron ellos los que me dotaron de los dispositivos para ello”. En esos contactos, Larsen le contó que había recibido amenazas de muerte y "yo me limité a reproducir lo que me había dicho”. Su conclusión es que “esta señora no mentía. Estaba aterrada”.
El excomisario puso énfasis durante su declaración en que su intención siempre fue defender los intereses del Estado y los del jefe del Estado en ese momento, y concluyó: “No me arrepiento en absoluto de lo que he hecho, aunque lleve casi cuatro años preso”. Ya al final de su comparecencia aseguró su admiración por “el magistrado” que le juzga y su voluntad de “mantenerse independiente, porque estoy condenado de antemano”.
Villarejo dijo en el programa 'Salvados' de laSexta el 5 de junio de 2017 que Sanz Roldán había amenazado de muerte a la empresaria germano-danesa “siendo consciente de que no era cierto”, según el escrito de acusación de la Fiscalía de Madrid. En una declaración jurada ante notario, Larsen acusó a Sanz Roldán de estar detrás de una “campaña” en su contra y de amenazarla personalmente en un hotel del Reino Unido en el año 2012, después de que el rey Juan Carlos I tuviera un accidente en Botsuana que precipitó la ruptura sentimental entre ambos.
Larsen declaró por videoconferencia desde el Reino Unido a continuación y explicó en inglés que habló con el rey emérito, que le dijo que el director del CNI había enviado un equipo de seguridad a su casa de Mónaco para protegerla de los 'paparazzis'. Según su declaración, ella no pidió ese dispositivo ni lo consideraba necesario. Explicó, además, que los agentes españoles “entraban y salían” constantemente de su casa y de su oficina de Mónaco, haciendo rastreos.
(SERVIMEDIA)
15 Ene 2021
SGR/clc