Así, manifestó que el Ejecutivo que dirige José Luis Rodríguez Zapatero debe condicionar su decisión a esos “controles renovados”, ya que “sino es segura que se cierre inmediatamente” y “si lo es, que se le deje subsistir otros diez años” teniendo en cuenta, dijo, que están en juego 1.000 empleos directos en la zona.

Juan Vicente Herrera reiteró que tras el accidente nuclear en Japón, es “legítimo y lógico” que se arbitren medidas suplementarias de control a estas infraestructuras, pero una vez que se establezcan, se adopten las decisiones oportunas en consecuencia a sus resultados también para Garoña.

Herrera, quien hizo estas declaraciones tras su visita a la planta de Motores de Renault en Valladolid, recalcó que Garoña “debe ser una más” de las centrales nucleares españolas a incidió en que “atenta contra el sentido común” que se decrete su cierre por una decisión política, cuando el Consejo de Seguridad Nuclear emitió un informe garantizando su viabilidad, que obvió el Ejecutivo central.