El jefe del Estado dedicó sus primeras palabras a las familias más afectadas por el coronavirus, consciente de que esta Nochebuena tiene lugar en "circunstancias verdaderamente excepcionales debido a la pandemia" y que eso provoca que la mayoria de los ciudadanos no puedan reunirse con sus seres queridos, como hacen tradicionalmente cada año.

"En miles de hogares hay un vacío imposible de llenar por el fallecimiento de vuestros seres queridos, a los que quiero ahora recordar con emoción y con todo respeto. Un recuerdo que llena de sentimientos muy profundos nuestros corazones", destacó.

Don Felipe sacó a relucir que "en estos momentos muchos ciudadanos lucháis contra la enfermedad o sus secuelas en vuestras casas, en hospitales o en residencias" y, a todos ellos, les trasladó su "mayor ánimo y afecto" para superar la Covid-19.

También ensalzó el "enorme esfuerzo, extraordinaria profesionalidad y gran humildad con los enfermos" que han demostrado durante estos meses los sanitarios, a los que dio las "gracias" por enfrentarse al virus "en situaciones extremas" al comienzo de la pandemia" y porque hoy siguen tratando de salvar a miles de personas ingresadas en toda España "con una gran carga emocional y física sobre sus espaldas".

Por eso, les arengó para que mantengan "todo el ánimo y toda la fuerza" mientras dure la pandemia y, sobre todo, para que "sigan cuidando de nuestra salud" hasta que la vacuna u otro remedio ponga fin a los contagios.

Según los datos oficiales del Ministerio de Sanidad, en lo que va de año se han registrado cerca de dos millones de personas afectadas por Covid-19 y casi 50.000 muertos, aunque los estudios del Instituto Nacional de Estadística elevan esta cifra en 18.000 más.

Las víctimas de la pandemia también tuvieron otra presencia simbólica durante el discurso navideño del Rey, ya que a su derecha tenía colocada una fotografía del homenaje de Estado que tuvo lugar en el patio del Palacio Real el 16 de julio. En la imagen se veía a don Felipe y su hija Leonor, la princesa de Asturias, depositando rosas blancas ante el pebetero creado en recuerdo de todos los fallecidos.