Impulsada por el Grupo Confederal de Unidas Podemos, la propuesta obtuvo 33 votos a favor, ninguno en contra y solo una abstención.

Varios grupos presentaron enmiendas al texto, aunque ninguna fue aceptada por los proponentes.

Desde Ciudadanos defendieron campañas de divulgación para conseguir que padres no jugadores se inscriban de forma voluntaria en los ‘registros de prohibidos’ (a través de los cuales las personas piden que se prohíba su entrada a salas de juego), así como promover “alternativas de ocio saludable dirigidas a los más jóvenes”.

Por su parte, Vox presentó otra enmienda de modificación de la ley 13/2011 de regulación del Juego, con el objetivo de homogeneizar los estándares de protección de los menores y otros colectivos especialmente vulnerables ante el juego; armonizar normativas autonómicas; incrementar las sanciones; crear un registro nacional de Interdicciones de Acceso al Juego; y alejar estas salas de las universidades, institutos y residencias, así como de otros establecimientos de similares características para de evitar la creación de "barrios gueto”.

Finalmente, la enmienda del PP reclamaba la creación y puesta en marcha de un plan integral contra la ludopatía 2021-2025, dotado de una memoria económica.

En su exposición de motivos, la portavoz de Unidas Podemos, Laura López, lamenta que “muchos menores han normalizado acudir a las casas de apuestas” y que “lo ven como un medio de socialización”. “Primero van en grupo y después comienzan a ir solos, apostando poco dinero al principio”. Para ellos, resulta “un medio de conseguir dinero fácil”, explicó, sin reparar en el impacto negativo para su salud que la ludopatía conlleva.

Según la Dirección General de Ordenación del Juego, explicó, el número de salones de juego y apuestas en España ascendía a 4082 en 2018, y subraya que la cantidad de dinero jugado solo en locales físicos pasó de 696,4 millones de euros en 2014 a 1.888,2 millones en 2018.

Esta cifra además no para de crecer.

Señaló también que la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción denunció que casi el 20% de los jóvenes españoles de 14 años habían apostado alguna vez dinero de forma presencial en un salón de juego, pese a que su entrada está prohibida por la ley. Una tasa muy similar de adolescentes (18,6%) había entrado en un salón de estas características en 2019.

Además, López subrayó “la mayor proliferación” de estos establecimientos en los barrios “más humildes” y el desconocimiento general sobre su impacto en los menores. Por ello, pidió “solucionar” esta presencia excesiva, sobre todo en los alrededores de centros de estudio o en lugares de reunión de jóvenes, y urgió a unificar y mejorar los sistemas de control de acceso a estas salas para menores de edad y otros jugadores vulnerables.