“No me creo que la estructura empresarial, el tejido empresarial español no aguante 50 euros al mes”, enjuició en una entrevista en Servimedia donde recordó que el SMI ya se ha subido ya en 14 países de la UE, y observó, como suele hacer, que la gente con menos poder adquisitivo no se ahorraría esa subida, sino que la gastaría inmediatamente para cubrir necesidades, por lo que sería buena también en términos económicos.

Sobre otro de los temas atascados durante semanas en el Gobierno por diferencias entre el PSOE y Unidas Podemos, los desahucios, cuya prohibición ampliará y prorrogará hoy el Consejo de Ministros, Errejón también se puso del lado de su antiguo partido, pero acusó a ambos por sus “declaraciones contradictorias” y por haberse “enredado en si compensar o no” a los propietarios de viviendas a los que no se permita desahuciar. Un tema éste, confesó, que a él le “importa poco”.

“Vamos a empezar la casa por los cimientos, no por el tejado”, reivindicó. “Hay que empezar por el principio, y el principio es que en un país avanzado a la gente no se la echa de casa” ni se le cortan los suministros básicos. Describió los desahucios como “un drama humano” y “una vergüenza”, sentenciando que ponerles fin era un tema de justicia social, es “fácil de hacer” y “hay que garantizar el derecho a la vivienda, que está en la Constitución”. Desde su punto de vista, “hay recursos y hay viviendas vacías para que nadie se vaya a la calle”.

Finalmente, respecto al planteamiento del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, de ampliar a 35 años el número de años trabajados sobre el que se computaría el cálculo de la pensión, Errejón constató que incrementar el plazo “supone en general una merma de la pensión final”, cuando las pensiones “han venido cumpliendo un papel no declarado de muleta del Estado del Bienestar”, es decir, que la paga a los abuelos socorría a sus hijos y nietos golpeados por la crisis.

Para garantizar su sostenibilidad, el líder de Más País apostó por acabar con la precariedad, porque “si uno va troceando el mercado laboral hoy, está dificultando que se paguen las pensiones de mañana”. Recordó que “momentáneamente es posible que se financien con cargo a los Presupuestos", pero en último término quiso subrayar que, pese a las promesas de PSOE y Unidas Podemos, “la reforma laboral sigue sin derogarse”.

En general, Errejón lamentó, como en otras intervenciones, que el Gobierno “produce muchos más titulares que normas” y llamó a juzgarle “más por los hechos que por las palabras”. Según dijo, “dos tercios” de sus mensajes públicos son “espuma” y “a la hora de aterrizar” las declaraciones en actuaciones “hay mucho menos”. Algo que, advirtió, “genera una especie de divorcio entre las instituciones y la ciudadanía” que puede “capitalizar” la derecha.