Transición ecológica

Bruselas quiere que las baterías de coches eléctricos tengan su huella de carbono en 2024

- Y aumentar al 65% la recogida de baterías portátiles en 2025

MADRID
SERVIMEDIA

La Comisión Europea presentó este jueves su primera iniciativa para modernizar la legislación de la UE sobre baterías con la propuesta de que a partir del 1 de julio de 2024 sólo se vendan baterías de vehículos eléctricos e industriales recargables que cuenten con una declaración de huella de carbono.

Esta propuesta de reglamento se enmarca en el Plan de Acción para la Economía Circular y persigue que las baterías sean más sostenibles a lo largo de todo su ciclo de vida para contribuir a alcanzar el objetivo de contaminación cero fijado en el Pacto Verde Europeo. La propuesta aborda las cuestiones sociales, económicas y medioambientales relacionadas con todos los tipos de baterías.

El Ejecutivo comunitario aspira a que las baterías comercializadas en la UE sean sostenibles, de alto rendimiento y seguras a lo largo de todo su ciclo de vida, de manera que deben producirse con el menor impacto medioambiental posible utilizando materiales obtenidos con pleno respeto de los Derechos Humanos y de las normas sociales y ecológicas. Las baterías deben ser duraderas y seguras y, al final de su vida útil, reutilizarse, remanufacturarse o reciclarse, de forma que los materiales valiosos se reincorporen a la economía.

La Comisión propone requisitos obligatorios para todas las baterías (las baterías industriales, de automóviles, de vehículos eléctricos y portátiles) comercializadas en el mercado de la UE. Requisitos como el uso de materiales de origen responsable con un empleo restringido de sustancias peligrosas, el contenido mínimo de materiales reciclados, la huella de carbono, el rendimiento, la durabilidad y el etiquetado, así como el cumplimiento de los objetivos de recogida y reciclado, son esenciales para desarrollar una industria de baterías más sostenible y competitiva en toda Europa y en todo el mundo.

La Comisión propone que se mantengan las restricciones existentes aplicables a las baterías, y en particular en relación con el mercurio y el cadmio. A partir del 1 de julio de 2024, las baterías recargables de vehículos industriales y eléctricos con almacenamiento interno introducidas en el mercado de la UE tendrán que contar con una declaración de huella de carbono. Desde el 1 de enero de 2026, deberán llevar una etiqueta de clase de rendimiento de intensidad de carbono. Y a partir del 1 de julio de 2027, cumplir los umbrales máximos de huella de carbono.

Desde el 1 de enero de 2027, las baterías industriales y de vehículos eléctricos con almacenamiento interno tendrán que declarar su contenido de cobalto, plomo, litio y níquel reciclados. A partir del 1 de enero de 2030, deberán contener niveles mínimos de contenido reciclado (el 85% de plomo, un 12% de cobalto, un 4% de níquel y un 4% de litio). Desde el 1 de enero de 2035, estos niveles se incrementarían aún más (un 20% de cobalto, un 12% de níquel y un 10% de litio).

RECOGIDA

En cuanto al rendimiento y la durabilidad, la propuesta contempla la formulación de requisitos mínimos para las baterías portátiles de uso general (recargables y no recargables) a más tardar el 1 de enero de 2026, así como para las baterías industriales recargables.

Para mejorar significativamente la recogida y el reciclado de baterías portátiles, el porcentaje actual de recogida, equivalente al 45%, debería ascender al 65% en 2025 y al 70% en 2030, de forma que la economía no pierda los materiales de las baterías que se utilizan en los hogares. Otras baterías (las industriales, de automóviles o de vehículos eléctricos) deben recogerse íntegramente.

El reglamento propuesto establece un marco que facilitará la reutilización de las baterías de los vehículos eléctricos para que puedan tener una segunda vida, por ejemplo, como sistemas fijos de almacenamiento de energía o como parte de la red eléctrica como recurso energético.

(SERVIMEDIA)
10 Dic 2020
MGR/clc