Vulnerabilidad
Cáritas constata que 246.000 personas viven sin ingresos por el "profundo impacto" de la pandemia
-El 40% de los hogares a los que atiende no ha solicitado el Ingreso Mínimo Vital por falta de información
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Un informe de Cáritas Española constata el "profundo impacto" que la pandemia del Covid-19 ha provocado en la economía y a nivel personal en los colectivos más vulnerables de la sociedad española. Al menos 246.000 personas viven en hogares que no cuentan con ningún ingreso económico.
Así se refleja en 'Un impacto sosteindo tras el confinamiento', trabajo realizado a partir de datos del Observatorio de la Realidad Social de Cáritas, y que aborda, unos meses después, tras el confinamiento de la pasada primavera y con la puesta en marcha de esta nueva forma de vivir y convivir con el virus, la forma en cómo las familias se están readaptando, cuál es su situación y cómo afrontan el futuro.
El estudio muestra que la llegada del verano supuso un respiro para algunas de las familias más vulnerables y constata un descenso del desempleo entre los hogares acompañados por Cáritas. Sin embargo, y a pesar de haber más oportunidades para tener un empleo, más de la mitad de las personas siguen en búsqueda de trabajo (55,4%) y más de 1 de cada 10 personas tiene un empleo informal.
Al mismo tiempo, quienes trabajan asumen riesgos de contagio: casi cuatro de cada 10 personas asumen bastantes o muchos riesgos debidos a su actividad laboral. Además, en caso de tener que hacer cuarentena por posible contagio o contacto con alguna persona positivo por Covid, más del 70% de personas acompañadas por Cáritas se enfrentaría a graves dificultades en forma de problemas con los empleadores, despido o ausencia de ingresos.
Más de la mitad de hogares acompañados por Cáritas están en situación de pobreza severa, es decir, con ingresos inferiores a 370 euros al mes para un hogar unipersonal o a 776 euros para hogares formados por dos adultos y dos niños.
MEDIDAS INSUFICIENTES
Además, la ONG católica denuncia que las medidas de protección social no son aún suficientes. Si bien desde Cáritas Española se venía apostando desde hace tiempo por la fórmula de un ingreso mínimo garantizado, se observa en las personas acompañadas que el diseño del Ingreso Mínimo Vital y su desarrollo e implementación tienen a día de hoy importantes deficiencias. Entre estas destaca que prácticamente el 40% de hogares no ha solicitado el Ingreso Mínimo Vital por falta de información; mientras, más del 70% de quienes sí lo han solicitado siguen a la espera de una respuesta. Además, sólo un 1% de las empleadas de hogar han cobrado el subsidio para trabajadoras domésticas.
El informe analiza también otros ámbitos que hablan con elocuencia de las precarias condiciones de vida de las familias atendidas por Cáritas. Uno de ellos es la vivienda, que sigue llevándose una gran parte de los ingresos y preocupaciones de las familias, lo que provoca unas estrategias de supervivencia que pasan por reducir costes de manera drástica. Así, 42.000 familias acompañadas por Cáritas ya se han visto obligadas a cambiar de vivienda para disminuir gastos, pero, además, un 44% de los hogares acompañados (unas 650.000 personas) no pueden hacer frente a los gastos de suministros y un 41% al alquiler o hipoteca.
Otro capítulo preocupante es el de la brecha digital. El confinamiento ha acelerado en pocos meses la imparable digitalización de la sociedad y potenciado, con ello, la desigualdad tecnológica, hasta el punto de que la brecha digital se ha convertido en un factor exclusógeno, es decir, es consecuencia y a la vez causa de la exclusión social. Más del 60% de hogares atendidos por Cáritas están situación de cierto apagón tecnológico al no contar con conexión, dispositivos o competencias suficientes para manejarse en internet.
Asimismo, más del 60% de hogares atendidos por Cáritas en los que vive, al menos, un menor que tuvo dificultades para terminar el curso, son hogares en los que se da el apagón tecnológico.
Por tanto, la brecha digital cobra ahora una importancia central al hablar de inclusión social debido a las oportunidades que muchas familias pierden por este motivo: el 33% de los hogares han perdido alguna oportunidad en el ámbito de la formación con motivo de la brecha digital. Se trata de unas cifras similares a la pérdida de oportunidades en el ámbito del empleo (29%) o el acceso a las ayudas de las Administraciones públicas (25%).
SALUD
Según la organización, estas preocupaciones impactan sobre la salud psicoemocional de las personas vulnerables: el 36% de los hogares están peor ahora que durante el confinamiento. Esto indica que hay factores que están incidiendo sobre la percepción de salud que no están relacionados con la experiencia concreta del confinamiento y alimenta la idea del aislamiento social, generado muchas veces por el miedo al contagio y con ello a la pérdida del empleo, como un elemento clave.
En cuanto a la salud física, hay un porcentaje considerable de personas atendidas por Cáritas (21%) que perciben que su salud ha empeorado con respecto al mes de abril.
El informe detecta un mayor porcentaje de empleo informal entre la población migrante (19%) que entre el conjunto de la población atendida por Cáritas (14%) y que en los hogares mopoparentales, especialmente encabezados por mujeres, la pobreza se sitúa en el 62%, un porcentaje superior al ya elevado dato del 54% que ofrece el conjunto de familias acompañadas por Cáritas.
(SERVIMEDIA)
09 Dic 2020
AHP/gja/pai