Escrivá hizo esta apreciación tras la presentación del estudio ‘Esferas de igualdad: criterios de intervención y de comunicación para mejorar la convivencia en los barrios’, elaborado por GEA21 con la coordinación del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (OBERAXE). Lo hizo en referencia a las críticas que esos grupos le dirigieron por que el gasto de la secretaría de Estado de Migraciones crece un 30%, frente al 0,9% de aumento de las pensiones. A su juicio, se trata de una comparación “particularmente perversa” que ya ha sido explotada en países como Francia, Italia o EEUU.

Según una investigación previa del Observatorio, los ciudadanos -nacionales y migrantes- pueden dividirse en cuatro grupos en función de su actitud hacia la inmigración y el refugio, determinados a su vez por otros valores: ‘cosmopolitas’, ‘clase obrera en crisis’, ‘tejedoras’ y ‘aislados’.

Los primeros tendrían una mirada favorable hacia la llegada de nuevas personas, siempre que no generen conflicto. “Su enfoque es de derechos humanos y creen en la movilidad social que permite la globalización, apunta dicho estudio.

Por eso, sí consideran que la llegada de inmigrantes “puede enriquecerles”, siempre que “sean también cosmopolitas” y que “sean una minoría”.

Son individualistas y, para ellos, la realización personal es más importante que el sentido de pertenencia. De acuerdo con el nuevo trabajo, se deberían buscar estrategias para que no se desentiendan de los espacios públicos (colegios, barrios…) si aumenta la inmigración o surgen conflictos.

Las personas que pertenecen a la ‘clase obrera en crisis’ lamentan que no podrán transmitir su patrimonio cultural (sus valores, creencias, etc.), puesto que “el mundo en que ellos crecieron desaparece”. Integrado tanto por nacionales como por personas extranjeras, este grupo entiende la movilidad “para buscarse la vida”, pero de alguna manera “pide más protección para los que ya están aquí”. “No quieren ser amalgamados” y, “frente a una mirada de derechos, conceden más importancia “a las obligaciones mutuas”. Por eso, el Estado debe proporcionarles protección, indica el estudio presentado hoy, así como informaciones claras contra los bulos.

Compuesto de forma mayoritaria por mujeres, el grupo de las 'tejedoras' se dedica a “trabajar y a hacer cosas” en espacios públicos como escuelas, calles, parroquias o comedores sociales. Muchas de estas personas perdieron su fe en la globalización con la crisis de 2008, pero “no rehúyen el conflicto. De hecho, les gusta, porque es una demostración de que quedan culturas vivas”. Lo que piden a las administraciones es el mantenimiento de “los espacios donde trabajan”, que están seriamente amenazados.

Finalmente, ”los aislados” carecen de acceso a una red social fuerte por falta de medios o por otros motivos biográficos, aunque sí tienen familia y trabajo. Son los que presentan una actitud “más abiertamente racista” y, en cierto sentido, saben que los datos que a veces se esgrimen contra los migrantes son falsos. “Su sentimiento de vacío y su yo herido se alimentan con delirios de ruina y con fantasías de orden”. En su caso, la mejor actuación pasaría por reforzar los vínculos sociales.

EXPLICACIONES

El ministro se apoyó en estas cuatro categorías para explicar cómo ayer dos partidos, “uno muy abiertamente y otro que lo seguía”, en referencia a Vox y al PP, lanzaron un mensaje “típico de los aislados para intentar conectar con la clase obrera en crisis”.

En su intervención, Escrivá reconoció la efectividad y el peligro de este discurso, que ha obtenido grandes éxitos por ejemplo en Francia y en la Italia de Salvini, y recomendó “mucha pedagogía para evitarlo”. A su juicio, “el mensaje de ayer fue decir que los cosmopolitas lideran las políticas públicas, pero desconocen la realidad del barrio”. Admitió que puede haber “cierta razón” en las dificultades “de los globalizadores para aterrizar las políticas públicas”, por lo que “necesitamos que estén muy bien diseñadas, para no dejar a nadie atrás”.

Junto a Escrivá, participaron en el acto la secretaria de Estado de Migraciones, Ana Jalloul, y la secretaria general de Inclusión, Milagros Paniagua, que destacó la importancia de evaluar con rigor las políticas públicas y del nuevo Ingreso Mínimo Vital en la lucha contra la pobreza.