Según informan SEO/BirdLife y el Fondo para la Conservación del Buitre Negro, que han ejercido la acusación popular en el caso, las tres personas fueron sorprendidas "in fraganti" colocando cebos envenenados.

Así, además de la pena de cárcel cada uno de los tres condenados deberán pagar, una multa de 2.880 euros por un delito continuado de daños, otra multa también de 2.880 euros por un delito continuado contra la fauna y además, 4.500 euros a los propietarios de los tres perros que murieron envenenados y más de 2.500 euros a la Generalitat de Cataluña por los gastos ocasionados en la investigación del caso y la fauna silvestre afectada por el veneno. En total, cada uno tendrá que desembolsar más de 8.000 euros.

"La actuación de la brigada contra el furtivismo y el veneno en Cataluña, del Cuerpo de Agentes Rurales ha sido una vez más, determinante para resolver el caso", sostiene SEO/BirdLife.

Los hechos ocurrieron en marzo de 2010, cuando agentes rurales sorprendieron a los tres acusados poniendo cebos envenenados en el área privada de caza de Montargull, en el municipio de Artesa de Segre (Lérida).

Los condenados han admitido que venían usando estas prácticas ilegales en el coto desde hacía varios años, que tuvieron como consecuencia la muerte de tres perros y un zorro entre los años 2007 y 2010. La actuación de los agentes impidió que se vieran afectadas especies amenazadas, como el quebrantahuesos o el águila real, que habitan en la zona.

Esta es la séptima sentencia condenatoria por el uso ilegal de cebos envenenados en Cataluña.