Sector financiero

El Banco de España colabora con el Gobierno para evaluar el impacto económico y laboral de la ley de Transición Ecológica

MADRID
SERVIMEDIA

El Banco de España “está colaborando” con el Ministerio de Transición Ecológica en la evaluación de las implicaciones económicas y laborales de la ley de Transición Ecológica, actualmente pendiente de aprobación en el Congreso.

Así lo desveló la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, durante ‘I Foro del Observatorio Mapfre de Finanzas Sostenibles’, organizado por el grupo asegurador con la colaboración de 'El Español' e 'Invertia', y lo mencionó dentro de un discurso sobre la importancia de medir los impactos de responsabilidad social corporativa de las inversiones.

Según recordó, el objetivo que persigue la citada ley es transformar nuestra economía hacia un modelo más sostenible desde el punto de vista ambiental, algo que resulta “ampliamente compartido en nuestra sociedad”. Sin embargo, avisó de que el simple desempeño de este proyecto “tendrá profundas implicaciones para nuestro modelo productivo” y “puede también acarrear consecuencias sociales indeseadas”, lo que exige dicho esfuerzo de evaluación con el que está colaborando el organismo.

El grueso de su intervención versó sobre la importancia que tiene adoptar nuevas formas de medición, todavía en desarrollo, para evaluar los impactos sociales, medioambientales y de buen gobierno corporativo, difícilmente evaluables con las contabilidades tradicionales, ya que es un retorno “no monetizable” a corto plazo.

“La medición es fundamental para que exista una verdadera transparencia. Se trata de un requisito para que exista información, sin medición sólo existe ruido”, avisó, ya que sin sistema de evaluación “no podemos comparar entre inversiones alternativas, ni entre opciones de consumo, actividad económica o financiación”.

“Sin datos, estamos en manos de campañas de imagen y buenas intenciones”, zanjó, insinuando que no se puede correr ese riesgo cuando la inversión responsable “tiene un propósito ambicioso: nada menos que transformar la realidad económica, medioambiental y social o, al menos, contribuir a ello”.

Se trata de una tarea donde reconoció que “queda mucho camino por recorrer”, aunque se acabará resolviendo porque existe “una creciente presión por parte de entidades de crédito, inversores y clientes para aumentar la transparencia e información” e, incluso, de supervisores.

A título de ejemplo indicó que ya se cuentan con algunos estándares europeos relativos a los bonos verdes, cuya consulta pública terminó hace un mes, o la esperada taxonomía, aprobada en junio de este mismo año. Hay también determinadas iniciativas privadas, como los estándares de transparencia producidos por la Task Force on Climate-related Discolures (TCFD) a petición del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) u otras iniciativas más recientes de la Universidad de Harvard y de la Fundación IFRS.

La razón de la ausencia de información comparable es lo novedosos de las finanzas sostenibles, algo casi inexistente hace dos años, pero donde dijo que la banca debe esforzarse porque “es evidente que estamos ante algo más que una mera moda o tendencia”.

Según detalló, las entidades de crédito cuentan desde hace tiempo con áreas de responsabilidad social corporativa, conminando a que su involucración vaya “más allá” e incorporen estos elementos también a su análisis y gestión de riesgos, exigiendo “una implicación desde lo más alto de las organizaciones”.

El propio Mecanismo Único de Supervisión europeo (MUS) y el Banco de España están trabajando para que se incorporen estos riesgos a la metodología de pruebas de resistencia del sector financiero español, recordó.

(SERVIMEDIA)
24 Nov 2020
ECR/pai