Fuentes de Justicia informaron a Servimedia de que el Ejecutivo estudiará el anteproyecto después de que el ministro Juan Carlos Campo anunciara la semana pasada, en el Pleno del Congreso, que este tema sería tratado.

Una vez que el Ejecutivo dé este martes luz verde al anteproyecto de la Lecrim, será enviado para el preceptivo informe a los órganos consultivos, entre ellos al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Después, el texto deberá ser aprobado por el Gobierno ya como proyecto de ley para su remisión al Congreso, donde será discutido por los partidos.

El proyecto que se analizará este martes en La Moncloa ha sido elaborado durante meses por una comisión de expertos que ha tenido en cuenta las tentativas de modificación de la Lecrim que impulsaron los exministros de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón y Francisco Caamaño.

“ES LÓGICO QUE LOS FISCALES INSTRUYAN”

Sobre el contenido de la propuesta de reforma elaborada por Justicia, Campo dijo el pasado jueves, en una entrevista en Telemadrid, que es “lógico” que en España los sumarios pasen a ser instruidos por los fiscales mientras los jueces se encarguen de velar por los derechos de los encausados, ya que es el papel que a ambos asigna la Constitución.

El ministro también añadió que, aunque generalizar el modelo de fiscal instructor sería un cambio en España, ya funciona parcialmente en áreas como la de menores. Explicó que en este ámbito los fiscales instruyen los procesos y el juez se dedica a la protección de los encausados.

Por lo que se refiere al planteamiento de que las fuerzas políticas no puedan actuar como acción popular, apuntó que lo que se pretende es “no enturbiar” esta figura legal con la utilización de la misma por parte de los partidos y aclarar lo que en estos momentos es una “zona gris”.

En cuanto a que la propuesta de que la Fiscalía coordine la información que sale de un sumario durante su instrucción, Campo sostuvo que hay que “pulir” cuestiones como que no se respeten los secretos de sumario o que se pueda ver a un investigado “saliendo de un furgón esposado” cuando aún no tiene una sentencia firme. Afirmó que éstas son disfunciones que “no nos podemos permitir como sociedad”.