En su intervención para defender su enmienda a la totalidad del proyecto, Borràs la justificó criticando que el Gobierno no enmendaba su falta de inversiones en Cataluña, la morosidad en el pago de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), la demora no permitida a las empresas perjudicadas por el coronavirus en el pago de impuestos o la no remuneración de las bajas a los padres con niños en cuarentena, la infrafinanciación de la sanidad o los trenes de cercanías

A su juicio, el Ejecutivo tampoco ha corregido su empeño en pedir apoyo a cambio de nada. “La pandemia no puede ser una excusa para que votemos cualquier cosa que presenten”, puntualizó, interpretando que el Gobierno la toma como “la coartada ideal para hacer chantaje a los que no les reímos las gracias”. Luego añadió: “Sería irresponsable dar un sí acrítico a estos Presupuestos y no lo vamos a hacer”.

Borràs criticó el repentino anuncio de que el IVA de las mascarillas vaya a bajar al 4% como medida “oportunista” y terminó con la habitual referencia a lo que considera deficiencias democráticas del Estado español en relación al conflicto catalán. Unas deficiencias que, insinuó, podrían ser tenidas en cuenta por la UE a la hora de repartir los fondos europeos, pues Amnistía Internacional ha vuelto a denunciar la situación de los presos independentistas. “Que no llegue el día en que, por perseguir a la disidencia catalana, los ciudadanos españoles se queden sin fondos europeos”, soltó provocadoramente,

“Nos separa una criminalización política de la que no deben ser cómplices”, espetó al Gobierno del PSOE y Unidas Podemos antes de poner de manifiesto el cambio de posición de ERC, ahora proclive a facilitar las cuentas del Estado, al justificar su enmienda a la totalidad de los Presupuestos con el mismo argumento relativo al conflicto nacionalista con el que la formación republicana sustentó la suya hace un año.