A las 14 horas de este viernes concluyó el plazo y sólo siete partidos políticos -de cuatro grupos parlamentarios- presentaron enmiendas a la totalidad. Se trata de PP, Vox, Plural (Junts per Catalunya y BNG) y Mixto (CUP, Coalición Canaria y Foro Asturias). A los 149 diputados que representan, hay que sumar los dos de UPN que apoyarán la votación conjunta de enmiendas a la totalidad.

No obstante, los votos a favor de devolver al Gobierno el proyecto de ley no suman más 'síes' que 'noes' en la votacion del jueves, por lo que el Ejecutivo respira tranquilo pensando que tiene garantizado el inicio del trámite parlamentario de los PGE. Aunque también existe en el seno del Gobierno cierta cautela hasta el momento de la votación.

El Ejecutivo se muestra en esta ocasión más seguro de que las cuentas saldrán adelante porque, de manera discreta, llevan meses negociando con algunas fuerzas parlamentarias para asegurarse de que solventaban este trámite y evitar que el Congreso las tumbara como ocurrió en 2019.

Ese varapalo a los Presupuestos derivó en la convocatoria de elecciones generales de abril que, ante la falta de acuerdo para negociar, llevó a una nueva cita con las urnas en noviembre del que nació la coalición de PSOE y Unidas Podemos que hoy gobierna.

En esta ocasión el Gobierno optó por no aprobar el proyecto de Presupuestos en el Consejo de Ministros, y por tanto enviarlos a las Cortes, hasta no asegurarse de que solventaban el primer examen -totalidad- e iniciaban la tramitación parlamentaria.

Confirmados los partidos que presentan enmienda a la totalidad, y que son los esperados por parte del Ejecutivo, en La Moncloa se muestran más confiados de que los Presupuestos pueden ver la luz y, con ello, consideran que podrán agotar la legislatura.

Lejos queda en la política española que los PGE eran para solo un año, tras episodios de prórrogas continuas.

Para la votación final del texto, el Gobierno terminará aceptando algunas enmiendas de los grupos y ahí buscará el juego para aceptar que tanto ERC como Ciudadanos y PNV -que se muestran incompatibles- puedan respaldar las cuentas públicas.

Con la pandemia como fondo que ha trastocado todo, La Moncloa trabajó con las cuentas públicas como si fuera “un arca de Noé” a la que todos quieren subirse y del que todos los partidos buscarán tajada para explotar su imagen de utilidad.

Así, la intención del Gobierno de Pedro Sánchez siempre ha sido llegar a acuerdos con todos porque los PGE esta vez son “más importantes que nunca” y tienen en su mano poder sumar a su lado a ERC y Cs, dos partidos que se vetan mutuamente.