España buscará en la Tierra restos de la vida en Marte

- El CSIC y el INTA viajan a Nueva Zelanda para analizar dos regiones

MADRID
SERVIMEDIA

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) van a analizar cinco regiones terrestres con características análogas a ciertos ambientes del pasado de Marte, para evaluar la posible presencia de restos de vida en él.

Para ello, un equipo de científicos tiene previsto viajar la próxima semana a Nueva Zelanda, donde analizará dos regiones con depósitos de sílice.

Además de Parakiri y Rotorua (Nueva Zelanda), hay análogos terrestres en Barberton, en Sudáfrica; en el desierto de Atacama, en Chile, y en el río Tinto, en Huelva.

Según explicó este jueves el CSIC, la Tierra y Marte fueron muy similares durante sus orígenes, hasta que Marte agotó su combustible interno hace unos 3.500 millones de años. El "planeta rojo" podría considerarse así "un fósil a escala planetaria de la Tierra, cuando se desarrollaron los hábitats potenciales primigenios".

Cada una de las regiones seleccionadas posee diferentes características comunes a estos entornos primitivos. "La integración de todas ellas es la que aporta una visión

conjunta del entorno marciano", explica David Fernández, paleontólogo del Centro de Astrobiología (centro mixto del CSIC y del Instituto Nacional de Tecnología Aeroespacial) y responsable del proyecto.

La presencia de restos de biomoléculas en minerales formados en estos ambientes terrestres será extrapolable a Marte, donde los resultados se utilizarán para localizar las áreas de estudio más adecuadas.

Las dos regiones seleccionadas de Nueva Zelanda, hacia donde el equipo partirá el próximo lunes, poseen depósitos de sílice asociados a fluidos hidrotermales ácidos derivados de la actividad ígnea del subsuelo.

Recientemente, la sonda "Spirit" de la NASA descubrió sedimentos similares en la superficie marciana. El reto, según el CSIC, "será dilucidar si son capaces de preservar información biológica".

La zona de Barberton (Sudáfrica) es otro de los entornos seleccionados para el proyecto, ya que está formada por rocas cuya antigüedad ronda los 3.500 millones de

años. En aquella época, las condiciones ambientales de la Tierra eran parecidas a las de Marte, lo cual permitirá inferir el ambiente en el que pudieron surgir las primeras evidencias de vida en el "planeta rojo".

Mientras, el desierto de Atacama (Chile) se asemeja a su superficie por sus condiciones de sequedad extremas influidas por vulcanismo, que han promovido el desarrollo de depósitos salinos similares a los detectados en Marte.

El río Tinto (Huelva) es la última región seleccionada. El emplazamiento español ya ha sido objeto de múltiples estudios debido a sus singulares condiciones de acidez y oxidación, capaces de albergar vida.

Los análisis han revelado que su ambiente preserva biomoléculas de gran tamaño que permiten definir los organismos de los que proceden.

Las biomoléculas que el proyecto pretende descubrir son fósiles moleculares de seres vivos, desde microorganismos hasta grandes vertebrados.

"Es posible que no se averigüe la procedencia de cada una de ellas, pero su hallazgo implica la existencia de vida en estas regiones", añade el paleontólogo.

Una vez obtenidos los resultados, el equipo determinará qué tipo de biomoléculas son más susceptibles de aparecer en cada tipo de entorno y creará una lista de regiones de Marte sujetas a estas condiciones en función de los datos que ofrecen las sondas planetarias.

Esta información se propondrá para seleccionar zonas de estudio en futuras expediciones al planeta. "Si alguna vez hubo vida en Marte, la encontraremos antes o después", concluye Fernández.

(SERVIMEDIA)
03 Mar 2011
LLM/caa