Sesión de control
Vox usa su pregunta a Iglesias para atacar al PP pero el vicepresidente vuelve a vincular a ambos partidos
- García Egea acusa a Iglesias de parecerse más a un zar ruso que al expresidente de Uruguay Pepe Múgica
- "Aunque los aliados de Vox se vistan de seda, aliados de Vox se quedan", parafrasea el líder de Podemos, desdeñando el giro de Casado
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El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, volvió a vincular este miércoles al PP y Vox en las dos preguntas que ambos partidos le dirigieron en la sesión de control en el Congreso de los Diputados, pese al giro de Pablo Casado en la moción de censura; curiosamente, la secretaria general del grupo parlamentario de Vox, Macarena Olona, aprovechó su intervención para arremeter ante todo contra los populares.
El secretario general del PP, Teodoro García Egea, pidió a Iglesias un balance de su desempeño como vicepresidente, en tanto que Olona le preguntó su opinión sobre el llamado ‘Manifiesto por la democracia’ que firmaron el PSOE, Unidas Podemos y el resto de la izquierda parlamentaria a modo de cordón sanitario contra Vox.
Sin embargo, los enunciados fueron lo de menos. García Egea se entretuvo como de costumbre en múltiples digresiones y críticas ante de desembocar en la pregunta. “La democracia no es un bazar, no se regatea”, comenzó diciendo, para criticar que, con un Estado de alarma de seis meses, el Gobierno se propone “sustituir al Parlamento” para que tomen decisiones las comunidades autónomas, la mayoría en manos socialistas. “Quítense los complejos, que las decisiones las tome Ferraz”, ironizó.
Además, el número 2 del PP preguntó “para qué están” en el Gobierno si delegan todas las decisiones en las comunidades y en el Consejo Interterritorial de Salud, al que el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, dejó la posibilidad de suspender el estado de alarma a los cuatro meses en su respuesta al propio Casado en la sesión de control. Finalmente, criticó que el Gobierno pretenda tramitar parlamentariamente en 15 días los Presupuestos y sugirió hacer lo propio con una ley de pandemias ordinaria como la que viene reclamando el PP para sustituir al excepcional estado de alarma.
Respondiendo a la pregunta en sí, Iglesias dijo que hacía un balance “positivo” de su gestión y presumió de haber “demostrado” que el Gobierno “responde a las consecuencias sociales de la crisis de una forma mucho más decente y ajustada a la Constitución” que lo que hizo el Ejecutivo de Mariano Rajoy tras la de 2008. En este punto, quiso devolver la pregunta a su interlocutor para preguntarle por el balance que hace de “estos 10 meses de competición con Vox a ver quién lidera la oposición”, y si “ha sido bueno para su partido y para España”.
García Egea se asombró de que, además de rehuir al Parlamento durante el estado de alarma, Iglesias quisiera hacer “control a la oposición” con la devolución de la pregunta. Después pasó a reprochar a Iglesias que se haya convertido en “un privilegiado”, más parecido a “un zar ruso que a “el expresidente de Uruguay) Pepe Múgica”, alguien a quien no le importan los problemas de la gente, como el paro o la falta de acceso al ingreso mínimo. “A los privilegiados les molestan los problemas reales”, diagnosticó. Y también le acusó de “hipocresía”, porque, aventuró, “si usted fuera yo hoy pediría mi dimisión” por los temas judiciales que involucran a Iglesias. Por último, vaticinó que, en lugar de no dejar atrás a nadie, con este Gobierno “no va a quedar nadie en pie”.
En su segundo turno, el vicepresidente y líder de Podemos se centró en trazar la vinculación entre los dos partidos de la derecha que lleva meses dibujando y que podría poner en duda el giro que dio Casado en su discurso durante la moción de censura de Vox. De hecho, comenzó citando parte de ese discurso para concluir que, a tenor de la intervención de García Egea, “su discurso moderado ha durado menos que la mili de (el presidente de Vox, Santiago) Abascal”, que no hizo el servicio militar.
A partir de aquí, Iglesias insistió en la tesis que ya expuso en su réplica a Casado durante la moción de censura: que “su problema es que están encerrados con Vox”, porque “siguen compitiendo” con ellos “en estilo y en ver quién dice la mayor barbaridad”, y además “están atrapados estructuralmente” porque el PP gobierna en varias comunidades gracias a los votos de ese otro partido. “Dependen de ellos”, estableció, concluyendo que “el supuesto discurso moderado de Casado se queda en nada” y que la “ultraderecha” a la que según su diagnóstico el PP y Ciudadanos “dieron alas” está “devorando” a ambos partidos.
OLONA-IGLESIAS
El vicepresidente repetiría su análisis ante Macarena Olona, pero lo cierto es que la diputada de Vox, como antes su compañero de partido Iván Espinosa de los Monteros, dedicó el grueso de su discurso a distanciarse del PP. Olona dio por reproducida su pregunta registrada sobre la opinión que Iglesias tenía del ‘Manifiesto por la democracia’ y el vicepresidente contestó inicialmente que era “positiva” y demostraba que Vox es “un pegamento” que mantiene unida a la mayoría parlamentaria “plural” de la investidura, llamada ahora a “hacer posible los Presupuestos” y llevar la “dirección de Estado en un sentido reformista y democrático”, otro ‘leitmotiv’ de Iglesias.
La secretaria general de Vox comenzó su réplica criticando ese manifiesto que, desde su punto de vista, revela la intención de los firmantes de “perseguir y sancionar a aquellos diputados que según su entender son incompatibles con la democracia y representan un peligro para la democracia”. Pero en seguida volvió el texto contra el PP, que no lo firmó pero que tampoco fue objeto de un documento semejante.
Olona coligió que los grupos firmantes, en especial el PSOE y Unidas Podemos, “van a repartir el papel de derecha democrática”, mientras que “a los disidentes lo que van a hacer es sancionarles”. Prosiguió que, “teniendo en cuenta cómo aplaudían” ambos partidos el giro de Casado durante la moción de censura, se ve que “la única derecha admisible” para ellos es una “sumisa, complaciente, contemplativa y lastrada por la corrupción”, como describió al PP.
La diputada de Vox dejó caer la sospecha de que a ese supuesto acercamiento popular se debe el que PSOE y Unidas Podemos estén “paralizando” la comisión de investigación sobre el caso Kitchen. “¿Se lo pregunto a ustedes o se lo pregunto a los populares?”, preguntó para retratar una presunta connivencia entre ambas formaciones, a las que definió como “agencias de colocación”.
Sin soltar al PP, Olona afirmó que su no a la moción de censura “fue un no a la existencia de Vox”, y reprochó a los populares que “se han unido a la estigmatización de nuestros votantes”, llamándlos fascistas. “¿Cómo pueden tener tan poca vergüenza?”, declamó, recordando a los populares que antes, para la izquierda, “los fascistas eran ustedes”.
Para terminar, la secretaria general del grupo parlamentario de Vox acusó a PSOE y PP por igual de “compartir mantel” en la polémica fiesta del periódico ‘El Español’, a la que acudieron dirigentes de ambos partidos pese a las medidas impuestas por sus mismos partidos contra el coronavirus, “dejando las restricciones para los españoles”. Aseguró que Vox nunca lo haría y concluyó arremetiendo contra lo que dio en llamar “el Congreso de las focas” frente al que su partido actuará como “dique de contención”.
Iglesias defendió el manifiesto como “un cordón sanitario frente a la ultraderecha” en la línea de las “tradiciones democráticas”, y, pese a las diatribas de Olona contra el PP, mantuvo su tesis de que para quien ese documento supone un problema real es para los populares y Ciudadanos, “que están obligados a seguir compitiendo con la ultraderecha” y a la vez gobernar con ella. Y remató con una frase lapidaria contra ambos partidos parafraseando el refrán castellano: “Aunque los aliados de Vox se vistan se seda, aliados de Vox se quedan”.
(SERVIMEDIA)
28 Oct 2020
KRT/gja