Así lo indicó durante su intervención en la clausura de unas jornadas del sector financiero organizadas por 'El Economista', en la que resaltó que “todo el mundo es consciente de la excepcionalidad de la medida”, pero que existe “preocupación” sobre que haya un “estigma” porque “las mejores entidades se vean sometidas a un juicio excesivamente severo cuando tienen capacidad de distribuir esos dividendos”.

Además, apuntó que “Estados Unidos ya se está moviendo y está haciendo una recomendación de un ‘payout’ de no más del 50%”, por lo que cree que el supervisor europeo revisará la medida.

'BIG TECH'

Por otro lado, Roldán también mostró su preocupación por “el sistema bancario en la sombra” que suponen las ‘big tech’, al considerar que la falta de regulación sobre estas empresas tecnológicas que realizan operaciones financieras “está generando nuevos riesgos sistémicos que tenemos que controlar”.

“Ese sector de la tecnología tiene que acostumbrarse a saber lo que es un inspector del Banco de España”, afirmó, para también advertir que, en estos momentos, “que la misma actividad, que conlleva los mismos riesgos, tenga que estar sometido a la mismas regulación y supervisión es más un deseo por parte de las autoridades” que una realidad, aunque reconoció que al menos los reguladores “ya se han dado cuenta de que es una parte de la reforma inacabada y que es necesario terminarla”. “Las autoridades ya lo entienden; tenemos que aterrizar ese concepto general de manera práctica”, agregó.

En esta misma línea, declaró que “la deconstrucción del negocio bancario que viene por la tecnología supone enormes desafíos, no tanto para los bancos, sino para la estabilidad financiera, los supervisores y los reguladores, que no pueden subestimar la complejidad del nuevo mundo al que vamos, donde los riesgos sistémicos tienen nuevas formas que hasta ahora no habíamos visto”.

Por otra parte, Roldán subrayó la “satisfacción general de las autoridades por cómo ha funcionado el nuevo esquema regulatorio de los bancos de Basilea 3”, ya que, indicó, gracias al mismo los bancos “han llegado a esta crisis con unos colchones y una capacidad de respuesta mucho más importante”.

Asimismo, subrayó como un aspecto positivo el hecho de que “también hay deseo por parte de los reguladores de extraer lecciones de esta crisis”. “No conozco ninguna crisis del tamaño de la que estamos viviendo que no dé lugar a una reflexión y a un cambio profundo de la regulación financiera de bancos y no bancos”, afirmó al respecto, para añadir que “habrá que esperar al momento oportuno, pero sí apuesto por una transformación”.

Por último, el presidente de la AEB destacó la importancia del sector bancario para “seguir apoyando a nuestros clientes y a la economía productiva, facilitar la transformación de la economía, generando nuevas oportunidades para ese tejido productivo nuevo, lo digital, la revolución verde, que se tiene que poner en marcha y minimizar la existencia de empresas zombies”.