Según informó el Instituto Armado, en el operativo participaron más de 50 guardias civiles de distintas especialidades que detuvieron a seis personas y llevaron a cabo siete registros en la provincia de Vizcaya que intervinieron un total de 9,2 kilos de marihuana, pequeñas cantidades de cocaína, hachís, MDMA, unos 100.000 euros en efectivos y 50.000 dólares, balanzas de precisión, bolsas y máquinas de envasado y terminales móviles.

Los seis detenidos de Vizcaya se encuentran a la espera de su extradición a Francia para ser interrogados por el juez de instrucción de Burdeos.

Al mismo tiempo, en Francia 70 gendarmes detuvieron a ocho personas y practicaron once registros en los que se incautó de 30 kilos de marihuana procedentes de España, 800 gramos de cocaína, más de 210.000 euros, la intervención de cuentas bancarias y varios vehículos de alta gama.

La operación comenzó el pasado mes de noviembre tras el conocimiento por la Sección de Investigación de Burdeos referida a que un particular domiciliado en Saint-Médad-en Jalles de Gironda importó decenas de kilogramos de cannabis desde España.

Ello provocó la puesta en marcha de vigilancias transfronterizas en España, identificando que el punto de partida de las entregas era la ciudad de Bilbao. Por este motivo, se creó un grupo de trabajo dirigido por la Jurisdicción Interregional Especializada de Burdeos, entre la Gendarmería de Bouliac y la Guardia Civil de Vizcaya con el fin de “controlar de forma dinámica el tráfico de estupefacientes” de la organización al otro lado de los Pirineos, lo que permitió identificar a los traficantes españoles, asegurando una investigación global sobre la preparación, transporte y entrega de la droga.

La organización se estructuraba en dos ramas: una afincada en la provincia de Vizcaya, que se encargaba de conseguir y transportar la droga a Francia; otra sita en Burdeos, que recibía y distribuía la mercancía, habiendo realizado una decena de transporte de la sustancia entre Vizcaya y Burdeos.

Para tal fin, utilizaban varios vehículos –los denominados “lanzaderas”-, que tenían la misión de abrir camino y comprobar que la vía por donde circulaba la droga se encontraba libre de presencia policial, y “portadores” de los estupefacientes para garantizar el destino de la mercancía.

Este domingo los investigadores observaron a un convoy de tres vehículos de la organización saliendo de Bilbao con el fin de entregar la droga en Gironde, cuyo seguimiento permitió detener a un “potente narcotraficante” afincado en las afueras de Burdeos, quien fue detenido junto a su mujer y los transportistas.

La Guardia Civil explicó que el confinamiento y el cierre de fronteras provocado por la pandemia del coronavirus provocaron el aplazamiento de las detenciones por unos meses, debido a que la organización no pudo operar durante ese tiempo.

La investigación ha sido llevada a cabo por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil en Vizcaya y la Sección de Investigación de Burdeos.

La operación es fruto de la colaboración conjunta entre la Gendarmería francesa y la Guardia Civil materializada a través de una Orden Europea de Investigación y de seis Órdenes de Detenciones Europeas emitidas por la Jurisdicción Interregional Especializada de Burdeos, de las que entiende en Vizcaya el Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción Nº 2 de Guernica (Guipúzcoa).