Moción de censura
ERC pide al PSOE responder a Vox con el BOE sin “miedos ni complejos”
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El portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, pidió este miércoles al PSOE que responda a Vox no solo desde la tribuna del Parlamento sino con el BOE en cada reunión del Consejo de Ministros, demostrando que es realmente de izquierdas sin “miedos” ni “complejos”.
“Sanitarios trabajando, pobres currando, ricos contagiando, reyes estafando y el fascismo protestando, esto es lo que hay”, dijo Rufián para describir la situación actual, en su intervención en el debate de la moción de censura presentada por Vox en el Congreso de los Diputados.
La buena noticia es que es un debate, dijo a Vox, “porque ya se sabe que antes ustedes las mociones de censura las hacían con tricornios y pistolas. Ir de Tejero a Torrente 6 está muy bien”. “La izquierda gobierna este país porque la gente le ha votado, a llorar a Mingorrubio”, añadió.
Acusó a los “hijos de Trump y de Blas Piñar” de hacer perder el tiempo a los parlamentarios, convencidos de que la patria y sus instituciones “son como un bar por el que se pasean con sus pulseritas rojigualdas como por un hotel del Caribe con una de todo incluido”.
Rufián defendió su tesis de que los demás partidos tendrían que haber dejado a los portavoces de Vox hablando solos, porque “silenciar al fascismo no es censura, es autoprotección”, pero para eso hacía falta una derecha “completamente democrática”, convencida de que al fascismo “se le aísla y se le combate”.
Se dirigió expresamente al PP y a Ciudadanos para decirles que Vox “son simplemente sus matones”, y para pedir a Inés Arrimadas que, “si tan mal le parece lo de Vox, deje de gobernar con ellos” en varias comunidades autónomas.
Rufián alertó del “grave error” que comete la izquierda cuando achaca las decisiones del Tribunal Supremo, del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, de la presidenta de esa Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, o de su vicepresidente, Ignacio Aguado, a la “locura” o a la “inutilidad”. Eso estigmatiza las enfermedades mentales, dijo, pero además se olvida que no actúan “como un mono con dos pistolas”, sino bajo el mandato de una ideología que es “tan simple como perversa: muchos tienen que vivir siempre peor para que unos pocos vivan siempre mejor”.
“Ustedes son los gremlins y Vox es el agua”, aseguró, que “multiplica y embrutece a la derecha”. La fórmula ya se experimentó en Estados Unidos, alertó: “guerra judicial, fachas en la calle y mentiras en la tele”, y eso es lo que ha permitido que algunos “frikis” como Trump o Bolsonaro lleguen a gobernar sus países “como tiranos”. Si viviera Jesús Gil, apuntó, “quizá sería el diputado 54 de Vox, el 53 vive en Zarzuela”.
“Nunca subestimen a un friki, quizá mañana gobierne su país, el ridículo hoy hace ganar elecciones”, aseguró Rufián, convencido de que llamar a Vox fachas, machistas, racistas o extrema derecha es “hacerle un enorme favor”, porque en realidad “es mucho más, una enorme maquinaria política, mediática, policial y judicial amoral, terriblemente amoral, creada, engrasada y financiada de resentimientos y odios hasta ahora nunca representados en política”, y que es a la política “lo que Cuarto Milenio es a la información”. “Es el partido del cuarto cubata”, y no busca gobernar, sino “destruir”.
"LA DERECHA VOTA A LA CABRA"
Rufián se mostró convencido de que Vox trata de inocular en la clase trabajadora la idea de que “todos son iguales”, algo “tan peligroso como falaz”, porque Julio Anguita no era como José María Aznar, Joan Tardà no fue lo mismo que Jordi Pujol, y Yolanda Díaz jamás será como Díaz Ayuso. Con esa idea, dijo, “solo pringa la izquierda, la derecha vota a la cabra”.
Hace diez años esa desesperanza se aglutinó en torno al 15M, pero ahora se puede aglutinar en torno a Vox, y por eso es “terrible y peligroso” dejar que se instale eso de que todos son iguales y por tanto “que todos se vayan y gobierne uno solo por cuarenta años”.
Se dirigió por ello a esa clase obrera para decirle que votar a Vox es votar “al jefe que te explota, al juez que te condena, al periodista que te miente y al policía que te pega”, y que “la mejor patria es una escuela, la mejor bandera es la bata de un sanitario y el mejor patriotismo es pagar impuestos”. Se empieza creyendo que todos son iguales, alertó, “y se acaba pensando que M. Rajoy es Pablo Iglesias”.
Cuando la pandemia deje más pobres que muertos, advirtió, el enemigo no será el virus, sino los asintomáticos ante el dolor ajeno, entre los que Vox “fomentará la guerra del último contra el penúltimo”.
Se dirigió después al PSOE para preguntarles por las diferencias entre Felipe González y Santiago Abascal, entre José Luis Corcuera y Javier Ortega Smith, y para preguntarles “qué ganan callando” ante ellos. “Olvídenlos, dejen morir a ese PSOE”, les dijo, preguntando a continuación qué ganan haciendo un funeral de Estado a Franco, manteniendo en prisión a los independentistas condenados o planeando la fuga del rey emérito. “De sus miedos y de sus complejos vive la ultraderecha hace cuarenta años”, apuntó.
Ese fascismo se combate con valentía, concluyó, contestando a Vox no solo en la tribuna sino “cada martes en el BOE”. “Háganlo, y los tendremos a kilómetros de Moncloa, y no a dos palmos como ahora”, demandó.
Intervino a continuación Montserrat Bassa, hermana de Dolors, condenada por el proceso independentista, para denunciar la situación de esos presos y denunciar que sigan en la cárcel mientras siguen en la calle reyes “corruptos” y expresidentes del Gobierno “criminales”, calificativos que fueron eliminados del Diario de Sesiones por la presidenta del Congreso, Meritxell Batet.
(SERVIMEDIA)
21 Oct 2020
CLC/ecr