Según informó el Ministerio del Interior, los cuatro arrestados contaban con 180 kilogramos de nitrato amónico y 15 litros de nitrometano, así como un subfusil MAT con dos cargadores, una pistola Browning con dos cargadores y un revólver Smith Wesson calibre 38 con munición.

Además, los terroristas escondían varias fiambreras para la confección de artefactos tipo bomba-lapa; varias ollas para confección de artefactos explosivos; cordón detonante; y temporizadores con anagrama ETA. También tenían dos placas de matrícula; radiomandos y emisores de radio-control; así como documentación falsa de la Ertzaintza y del Ejército de Tierra.

Interior explicó que cuatro de los arrestados, Lorena López Díez (de 31 años), Íñigo Zapirain Romano (34) y Beatriz Echevarria Caballero (33) residían en Bilbao, mientras que Daniel Pastor Alonso (37) vivía en Galdácano (Vizcaya).

El departamento que dirige Alfredo Pérez Rubalcaba también explicó que la Guardia Civil investiga ahora la implicación de los detenidos en los atentados sin esclarecer que ETA ha realizado en la provincia de Vizcaya y en territorios limítrofes. Entre estos atentados los hay cometidos con coches-bomba, contra repetidores y edificios institucionales y artefactos, así como con bombas-lapa.

La operación que ha concluido en la desarticulación del comando legal de ETA es consecuencia de las investigaciones iniciadas tras las detenciones en el sur de Francia de los cabecillas etarras “Txeroki” y “Ata”. A partir del análisis de la información obtenida, se conocía la posible existencia en Vizcaya de un grupo de miembros legales integrados en la banda terrorista, los cuales habrían mantenido contactos orgánicos con miembros de la estructura del "aparato militar" en diferentes ocasiones.