Según la ONG, el recrudecimiento de este conflicto ya ha provocado el desplazamiento de alrededor de 20.000 personas, sobre todo mujeres, niños y ancianos que habitan las zonas próximas al frente. Indicó que el aumento de los ataques en áreas pobladas, además de cobrarse un alto precio en vidas humanas, ha destruido y dañado cientos de viviendas e infraestructuras clave como hospitales, escuelas, carreteras, redes eléctricas y de comunicaciones.

La organización ya acoge en su Aldea de Kotayk a 57 niños y a 12 madres obligados a huir de sus hogares, pero ante la nueva emergencia ha lanzado un programa que atenderá a un total de 3.000 personas. Está dirigido a niños no acompañados y a familias desplazadas, en particular mujeres solas con hijos.

De hecho, proporcionará refugio y protección a niños y niñas no acompañados o separados de sus familias y ayuda humanitaria a las familias directamente afectadas. Esta incluirá alimentos, artículos de higiene y de primera necesidad, ropa, medicamentos y acceso a servicios básicos como agua potable. Además, Aldeas les facilitará asistencia sanitaria, atención psicológica y asesoramiento legal.

Según el presidente de Aldeas Infantiles SOS, Pedro Puig, “estos niños están traumatizados y asustados por lo que han visto. Algunos han dejado de hablar a causa del terror que han presenciado. Necesitan urgentemente atención psicológica, tratamiento del trauma y logopedia".

El programa de emergencia también contempla el establecimiento de espacios seguros para los niños, donde estos recibirán atención psicosocial y educativa durante el día.

Aldeas Infantiles SOS lleva 30 años trabajando con la infancia vulnerable y dando apoyo a las familias en Armenia y Azerbaiyán. Entre ambos países, asiste en programas de atención continuada a 5.332 niños, niñas y adolescentes y a 825 familias.