En calidad de secretaria de Igualdad del PSOE, Calvo participó en la inauguración de unas jornadas sobre feminismo organizadas por los socialistas, donde recordó que desde el Ejecutivo “nos disponemos a tratar de avanzar con una ley que se plantea la desaparición y la lucha contra la trata de seres humanos, de mujeres y de menores con fines de explotación sexual, y contra la prostitución”. “Necesitamos estar unidas, necesitamos muchos apoyos”, reclamó Calvo, porque “hay demasiada confusión, demasiados trampantojos”.

La ‘número dos’ del Ejecutivo abordó una cuestión en la que se trabaja desde el Ministerio de Igualdad, que lidera Irene Montero, y que ha protagonizado algunas diferencias entre las feministas de Podemos y las del PSOE.

Calvo denunció que en la actualidad aún se está con las reivindicaciones que llevó hasta el Congreso en 1921 Carmen de Burgos para acabar con la prostitución y que también denunció desde la tribuna parlamentaria Clara Campoamor.

La vicepresidenta, que defendió su condición de feminista y abolicionista de la prostitución, reivindicó el pasado de lucha de otras mujeres sobre esta cuestión y apuntó que “desde el feminismo nos cuesta mucho trabajo hacer entender que no somos pioneras cada día”.

En su reflexión, remarcó que “la prostitución no es una salida, es una desgracia inmensa y, por eso, no deberíamos estar las mujeres feministas y abolicionistas, ya alcanzando el primer cuarto del siglo XXI, reclamando lo que tiene que ser una obligación de la democracia en cualquier lugar del mundo, una gran obligación de todos y cada uno de los tratados y las normas que nos obligan a expandir los derechos humanos”. “Tiene que ser la propia obligación del Estado”, reivindicó.

NI PROSTITUCIÓN NI VIENTRES ALQUILER

Así, denunció “cuantas veces, desde otra perspectiva, se ve explotación en otro tipo de relaciones y contrato y curioso resulta que no se vea la explotación en esta circunstancia e incluso se pretende regularla como una profesión sin más”.

Calvo criticó que en torno a la prostitución “se desarrolla un grandísimo negocio, un negocio criminal como tantos negocios internaciones y criminales que el derecho internacional persigue”.

“Eso es lo que plantemos las abolicionistas, lucha contra un negocio que trafica con la mujer y que las conduce a una de las vilezas más grandes de la vida, que es a desposeerte de tu libertad, y de tu sexualidad”, añadió.

Además, criticó los llamados vientres de alquiler porque después de años de maltrato a la mujer considerándola sólo para la procreación y denigrándola cuando era estéril, “con qué rapidez el neoliberalismo y el mercado ahora nos dice que la maternidad no significa nada, que se puede convertir en simple transacción comercial sin que medie nada más de por medio”.

“Contra eso luchamos las feministas socialistas, contra eso luchamos las feministas de este país, las abolicionistas”, concluyó la vicepresidenta del Gobierno.