Las Fuerzas Armadas cuentan con 2.000 rastreadores formados que están a disposición de las autonomías que soliciten sus servicios. Hasta la fecha han sido 14 comunidades, más las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Únicamente Cataluña, País Vasco, y Extremadura no han reclamado su colaboración.

Según informó el Ejército de Tierra, éste asumirá la autoridad de la ‘Misión Baluarte’, en sustitución de la UME, desde el Cuartel General de la Fuerza Terrestre (Futer), sito en Sevilla, que se encuentra al mando del teniente general José Rodríguez.

Actualmente Asturias, Castilla y León, Madrid, Comunidad Valenciana, Baleares, Ceuta y Melilla ya han completado la transición de mando al Ejército de Tierra, mientras que en el resto, salvo en Murcia, donde la autoridad la ostentará el Ejército del Aire, se concretará entre finales de la próxima semana y comienzos de la siguiente.

Los más de mil efectivos del Ejército de Tierra que se dedicarán al rastreo de casos trabajan desde instalaciones habilitadas en las comunidades -casos de Baleares, Ceuta y Melilla-, mientras que en el resto lo hacen en acuartelamiento situados en las mismas.

Todos los efectivos movilizados para estas tareas han recibido nociones médicas, psicológicas y cuentan con habilidades para la comunicación.

Esta labor no obstaculiza la que llevan desempeñando desde la ‘Operación Balmis’, que estuvo en vigor durante el estado de alarma, siguiendo los casos habidos en el seno del Ejército de Tierra.

Toda comunidad autónoma que desee contar con la colaboración de los rastreadores militares debe cursar su solicitud al Ministerio de Sanidad, cuyo Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CAES) la valora, y, en caso de dar luz verde, se la traslada al Ministerio de Defensa para que active a los efectivos concernidos en estas tareas, que pueden ser del Ejército de Tierra, de la Armada, del Ejército del Aire o de la UME.

Cada comunidad autónoma cuenta con una Unidad de Vigilancia Epidemiológica (UVE), de distinto volumen según el territorio, en la que se integran los rastreadores militares, que está al mando de un oficial de cualquier de los cuerpos que componen las Fuerzas Armadas.

Las UVE, a su vez, se dividen en secciones, que cuentan con la colaboración de un oficial del Cuerpo de Sanidad Militar para aquellas cuestiones más técnicas. Las secciones disponen de un pelotón de vigilancia epidemiológica, en el que se dividen los rastreadores por turnos.