Según detalló este sábado el gobierno regional, la operación se inició en diciembre pasado en una de las inspecciones que habitualmente realiza el Grupo de Patrimonio Histórico de la Policía en galerías, comercios de antigüedades o de subastas de arte en la Comunidad Valenciana.

Solo las cuatro obras atribuidas a Modigliani se intentaban comercializar por más 8 millones de euros y formaron parte en 1968 de una exposición monográfica en el Centraal Museum de Utrecht, que se tuvo que cerrar un mes después porque la hija del artista italiano negó que el autor de los 20 cuadros que integraban la colección fuera su padre, Amedeo Modigliani.

En 2014, tras 46 años de mantenerse las obras fuera de los circuitos de compraventa de obras de arte, volvieron a aparecer, e incluso se vendió alguna de ellas, según explica la Generalitat.

Parte de las obras incautadas han sido peritadas por el Institut Valencià de Conservació, Restauració i Investigació (IVCR+I), donde trabaja la restauradora Greta García, experta precisamente en la obra del artista italiano.

Tras los estudios realizados sobre los materiales y las técnicas utilizadas, el IVCR+I ha determinado que no se trata de originales, sino de obras falsas con firma apócrifa, por lo que se ha dado trasladado del caso al Juzgado de Instrucción número 8 de Valencia junto al resto de peritajes y estudios científicos y físicos de las falsas obras de arte intervenidas.

El grupo de Patrimonio Histórico de la Policía de la Generalitat de Valencia, unidad de la Policía Nacional adscrita a la Comunidad Valenciana, ha alertado precisamente de que la reventa de falsificaciones es un problema persistente en el mercado del arte que preocupa a los organismos policiales, pero también a coleccionistas, marchantes de arte y a las familias herederas de artistas, que ven con preocupación cómo aumentan los circuitos ilegales de comercio de arte.