"Francamente no son muchos los países que han hecho un esfuerzo de esta naturaleza con su sector turístico en esta etapa tan difícil, ni tampoco en ninguna otra crisis un Gobierno español ha hecho una apuesta tan comprometida por el turismo de este país”, defendió durante su comparecencia en la Comisión de Industria, Comercio y Turismo del Congreso, donde avanzó que la apuesta “no se agota con estas medidas” y reclamó unidad a los grupos políticos para ayudar al sector a sortear la crisis.

Valdés aseguró que los ERTE se han revelado como una herramienta “muy eficaz” para mantener los empleos y “contener” su destrucción “en un sector que tardará más que otros en recuperar la actividad”. A título ilustrativo indicó que, si bien tres de cada cuatro empleados que estaban en un ERTE se han reincorporado a sus trabajos, a finales de agosto aún continuaban bajo este mecanismo 812.438 personas y un 40% (325.578) son trabajadores del sector turístico, probando que su recuperación “está siendo más lenta” que en otras industrias.

Durante su intervención desveló que solamente la extensión temporal del ERTE para el sector turístico ha supuesto un desembolso total de 2.621 millones de euros y la prestación extraordinaria por cese de actividad para autónomos que, hasta el 4 de septiembre había beneficiado a 428.657 trabajadores por cuenta ajena, suma un coste de 1.071 millones de euros,

El secretario de Estado explicó que gran parte de las medidas desplegadas han ido dirigidas a “mantener el tejido productivo y los empleos”, subrayando al respecto que sólo con la línea de avales Covid-19 del ICO se habían inyectado en empresas del sector del turismo, el ocio y la cultura 15.043 millones de euros entre 113.847 compañías hasta el pasado 31 de agosto.

A esos avales se suman, según recordó, otros 400 millones de la línea Covid instrumentada por el Ministerio, de forma que juntas suman 15.500 millones de financiación y han proporcionado liquidez a “más de 100.000 empresas del sector”. Y entre otros frutos, reparó también en que hasta 20.086 empresas del sector turístico se habían acogido además a la moratoria hipotecaria hasta el 31 de julio pasado, con un coste aplazado cercano a los 731 millones de euros conforme a estimaciones del Banco de España.

Durante su intervención negó que la crisis que atraviesa el sector sea responsabilidad de las medidas aplicadas por el Gobierno como le reprocharon los partidos de la oposición y aseguró que la industria “no ha perdido competitividad”, detallando que la caída que está sufriendo la industria se asemeja a la que encajan mercados similares como Grecia o Turquía, que igualmente han sufrido descensos en la actividad superiores al 87 y 77%, respectivamente.

Las principales magnitudes turísticas han descendido “en todos los países del mundo sin importar su tamaño, geografía o nivel de desarrollo”, sostuvo, señalando a Italia que, con algo menos de 300.000 casos reportados, ha perdido alrededor del 80% de turistas, o a la pequeña república insular de Palaos, que, con apenas 22.000 habitantes y sin caso alguno reportado, ha perdido todo el turismo al cerrar sus fronteras.

“España y su sector turístico están preparados para abordar con todas las garantías la salida de la crisis y recuperar su liderazgo”, afirmó pidiendo sumar esfuerzos para ayudar a remontar a un sector que genera el 11,7% del PIB y el 13,7% de la afiliación a la Seguridad Social en el país y supone “la mejor marca España”.

En este sentido indicó que se abre una oportunidad con los fondos que pueden llegar de Europa para ayudar a la industria y reclamó apoyos para lograr unos Presupuestos Generales del Estado que sirvan para canalizar dichos recursos hacia proyectos concretos.

El secretario de Estado de Turismo concluyó al respecto que ha llegado el momento” de trabajar todos juntos para arreglar la locomotora” que supone el turismo para el país “en lugar de perder el tiempo discutiendo sobre quién tiene la culpa de la avería, porque la avería ha sido mundial y tiene un sólo culpable: el virus”.